El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado confiando en que la conferencia de presidentes autonómicos convocada para este viernes en La Rioja sirva para poder «unificar argumentos» entre el Estado y autonomías de cara a mantener un mismo discurso en todo lo relativo a la nueva normalidad y a la convivencia con el coronavirus, al tiempo que ha considerado que sería «prudente» abordar «cierta legislación» que permita tomar medidas de cara a plantear «alguna restricción, aunque sea ligera» diferenciando entre territorios.
En una entrevista con la Cadena COPE, García-Page ha recordado que limitar los movimientos es una medida que solo se puede tomar «bajo el paraguas del estado de alarma», por lo que opina que habría que estudiar «una figura similar», algo que, asegura, será una idea que «sobrevolará» la reunión del próximo viernes con los líderes autonómicos.
Por tanto, habrá que ver «si hace falta legislación que habilite» a las comunidades autónomas a tomar esas decisiones o que «habilite al Gobierno de España a tomar decisiones a propuesta de las autonomías» en cuanto a esta posibilidad de adoptar restricciones o confinamientos acotados.
«Conviene que expertos legales aclaren para tener seguridad de que no volveremos a matar moscas a cañonazos por un descontrol o un caso concreto en una zona concreta», ha agregado.
CRITICA QUE SE HABLE DE «SEGUNDA OLA» A NIVEL NACIONAL
El líder del Ejecutivo castellanomanchegos ha criticado que España «proclame una segunda ola» como argumentario para definir la situación de los brotes en el territorio nacional, una calificación que provoca «reacciones espasmódicas en otros países» –como en el Reino Unido– a pesar de que «no estamos en esa segunda ola».
En su opinión, sí que están aflorando casos «porque se hacen más pruebas que nunca», pero los niveles de nuevos contagios «nada tienen que ver con los niveles de los primeros días de marzo.
«Ahora estamos permitiendo que el país conviva con el virus. Por eso hay que unificar argumentos y criterios, porque incluso no se facilitan los datos de manera homogénea entre comunidades autónomas», ha apuntado García-Page, insistiendo en la urgencia de unificar los mensajes y las informaciones aportadas desde las autonomías, lo cual puede permitir transmitir «tranquilidad».
Abundando en este extremo, ha lamentado que «se esté comparando el nivel de casos que emergen» con los guarismos durante el estado de alarma. «Es algo incomparable. Ahora estamos en la fase más difícil, que es recuperar la normalidad para que el país no vuelva a caer en un batacazo económico», ha reparado.
Esa falta de coordinación, según García-Page, se ha dejado notar en políticas como las relativas a la obligatoriedad de portar mascarilla en todo momento en espacios públicos.
Con todo, ha recordado que bajo el mando único durante el estado de alarma «la gestión la llevaron las autonomías», las «gestoras reales» de todas las acciones y decisiones a adoptar en sus territorios.
«Ninguna dio un paso atrás. Hubo una corresponsabilidad tremenda de todo el mundo y creo que esto tiene que seguir así», ha afirmado.
COORDINACIÓN EN BUSCA DE «ESTABILIDAD, COHESIÓN Y CONFIANZA»
Ha reiterado su idea de lograr esa coordinación poniendo como ejemplo las medidas que su Gobierno ya ha decidido para la vuelta a las aulas en el mes de septiembre.
Tras recordar que se va a realizar pruebas PCR a todo el personal docente y no docente que presta sus servicios en el sistema educativo de Castilla-La Mancha, a lo que hay que sumar «un protocolo muy estricto de limpieza», ha aseverado que la razonable sería «hacer lo mismo» en el resto de autonomías.
Así se evitaría que una autonomía «haga más cosas y deje al resto colgadas de la brocha». «Por eso tenemos que coordinar las decisiones que adoptemos, porque eso dará más estabilidad, cohesión y confianza que el hecho de que pueda haber distintas recetas ante el mismo problema».