Más del doble de los casi 800 fumadores en una encuesta han aumentado su consumo desde el inicio de la pandemia de COVID-19, aunque la mayoría de las personas encuestadas tenían la intención de dejar de fumar debido a la preocupación por los elevados riesgos para la salud si contraían COVID-19.
El estudio multi-institucional, dirigido por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos), examinó el riesgo percibido por los fumadores de contraer COVID-19, las intenciones de dejar de fumar y los comportamientos durante la pandemia. Sus hallazgos fueron publicados en la revista ‘International Journal of Environmental Research and Public Health’.
No estamos seguros de por qué muchos participantes informaron sobre el aumento de su consumo de tabaco, pero es posible que estén estresados o ansiosos, que se aburran en casa, que hayan almacenado productos de tabaco antes de las órdenes de refugio en el lugar, o que no puedan acceder fácilmente a recursos para dejar de fumar basados en la evidencia, como la farmacoterapia o el apoyo conductual», explica la primer autora de la investigación, Sarah Kowitt.
Los investigadores realizaron una encuesta ‘on line’ durante dos semanas a partir del 23 de abril como parte de un estudio en curso que examina las percepciones de los efectos de los cigarros en la salud. Todos los encuestados reportaron haber fumado cigarros durante los últimos 30 días y la mayoría usó otros productos de tabaco. La edad media de los encuestados era de 39,3 años, la mayoría eran blancos (66,2%) y casi la mitad (48,9%) eran mujeres.
Muchos más encuestados informaron de que habían aumentado su consumo de tabaco desde que empezó COVID-19 (40,9%) frente a la disminución de su consumo de tabaco (17,8%). Este hallazgo fue significativo porque el consumo de tabaco está asociado con múltiples cánceres y otros efectos sobre la salud, así como un empeoramiento del COVID-19.
Sin embargo, los participantes afroamericanos, los que usaban una línea telefónica para dejar de fumar (un servicio de cesación de tabaco basado en el teléfono) y los que tenían una mayor percepción del riesgo de COVID-19 tenían mayores intenciones de dejar de consumir tabaco y mayores probabilidades de hacer un intento de dejar de fumar desde que comenzó la pandemia. Casi la mitad (46,5%) de los encuestados había intentado dejar de fumar desde el inicio de la pandemia y el 70,8 por ciento tenía previsto dejarlo en un plazo de seis meses.