Audi, McDonald’s y otras empresas que fracasaron en sus campaƱas en redes sociales

Las redes sociales se han convertido en todo un filĆ³n. No solo para los famosos y famosas que las usan para ganar popularidad y dinero, sino tambiĆ©n para las empresas. Son muchas las multinacionales que han visto cĆ³mo su presencia en redes ha provocado un crecimiento econĆ³mico y una mejora de su reputaciĆ³n. Sin embargo, no siempre es asĆ­. Hay otras como por ejemplo Audi y McDonald’s que vieron como sus campaƱas fracasaron.

Y es que, estar en las redes sociales, ya sea Facebook, Instagram o Twitter, no siempre te confĆ­a tener beneficios, aunque apuestes por los influencers. Y es que estar en la red supone cuidar y mantener todo lo que ahĆ­ se mueve. Al mĆ­nimo error, tus seguidores te pueden crucificar. La lĆ­nea entre una campaƱa exitosa y ruinosa es muy delgada. Hoy te vamos a mostrar algunos ejemplos por si algĆŗn te toca hacerlo, no lo vuelvas a repetir.

CampaƱas de empresas en redes sociales como Audi y McDonaldĀ“s

CampaƱas de empresas en redes sociales como Audi y McDonaldĀ“s

Las empresas han visto que hay que estar presentes en las redes sociales. Ahora bien, eso no significa que sea siempre para bien. Hay muchos casos que demuestran que hay que tener mucho cuidado con las campaƱas que se llevan a cabo. No siempre las redes sirven para relanzar el negocio. Ahora mismo, los Ć”nimos estĆ”n muy caldeados, y una mala frase, un pensamiento mal interpretado o una imagen poco apropiada, te puede hundir toda la reputaciĆ³n.

Hay muchos ejemplos de campaƱas realizadas en redes sociales que han sido un desastre. Hasta el punto de que han tenido que ser retiradas e incluso los directores de comunicaciĆ³n salir a pedir perdĆ³n. Y es que hay que tener mucho cuidado con ello. Vamos a analizar cada caso, para que podamos aprender de ellos.

El caso de Audi

El caso de Audi

A la marca Audi siempre le habĆ­a ido muy bien en las campaƱas de marketing. Todos recordamos esos anuncios de ā€œTe gusta, conducirā€. Sin embargo, cuando se han tenido que poner manos a la obra en redes sociales, la cosa no ha ido tan bien. Hasta el punto de que hace unas semanas han tenido que pedir disculpas.

El fabricante de autos alemĆ”n Audi pidiĆ³ disculpas por usar una imagen publicitaria en la que se muestra a una niƱa apoyada en el radiador de su modelo RS 4 comiendo un plĆ”tano, que fue publicada en su cuenta oficial de Twitter y que suscitĆ³ fuertes crĆ­ticas de los internautas. Los usuarios calificaron la campaƱa de insensible debido a que la posiciĆ³n de la niƱa al frente del auto impedĆ­a que el (posible) conductor pudiera verla y con ello evitar un accidente. ĀæQuĆ© te parece?

El caso de McDonald’s

El caso de McDonald's

Si el caso de Audi te ha parecido llamativo, pues toma nota del de McDonald’s. La empresa de comida rĆ”pida experimentĆ³ una reacciĆ³n masiva por parte del pĆŗblico despuĆ©s de publicar un anuncio de su hamburguesa de Filet-o-Fish que su audiencia en el Reino Unido consideraba que utilizaba la pĆ©rdida de un niƱo para vender hamburguesas.

 De esta manera, los usuarios de las redes calificaron el anuncio de ā€œdescaradoā€. McDonaldā€™s decidiĆ³ retirar el anuncio y se disculpĆ³ por haber juzgado mal el carĆ”cter insensible del anuncio, y un portavoz insistiĆ³ en que: ā€œNunca fue nuestra intenciĆ³n causar ninguna molestiaā€. Puedes ver cĆ³mo la piel estĆ” muy fina en estos aspectos.

El caso TulipƔn

El caso TulipƔn

Casos como el de Audi o McDonald’s te hacen ver que no hay fĆ³rmula mĆ”gica para triunfar en redes sociales. Algo parecido ocurriĆ³ con TulipĆ”n es una empresa que fabrica margarina y mantequilla, que, para llegar a mĆ”s pĆŗblico decidiĆ³ apostar por las Redes Sociales. Si eres de la generaciĆ³n EGB seguro que sabes de que estamos hablando.

La campaƱa consistiĆ³ en dar recetas a travĆ©s de internet que se hacen con sus productos. Sin embargo, pronto los seguidores se dieron cuenta de que todas las recetas eran copiadas de otros blogs.  Con la sola modificaciĆ³n de la aƱadidura de la mantequilla o margarina, publicĆ”ndola la empresa como propias. Eso no estĆ” bien.

El caso de Chysler, otro gigante como Audi

El caso de Chysler, otro gigante como Audi

La profesiĆ³n de Community Manager se ha convertido en una profesiĆ³n de riesgo. Y si no, que se lo pregunten al de Chysler. Una empresa de motor, como Audi, que tiene su sede en Detroit, que estĆ” considerada la ciudad del automĆ³vil, motivo por el que lo ocurrido tuvo tanta repercusiĆ³n.

Este Community Manager estaba tuiteando con las dos cuentas, y, hablando por Twitter con un amigo, dijo algo como ā€œparece mentira que en la ciudad del automĆ³vil nadie sepa conducirā€. Un craso error. Y es que cuando estĆ”s todo el dĆ­a en la red, tienes que saber por dĆ³nde vas a escribir. No sabemos cuĆ”nto tiempo durĆ³ en el cargo.

El caso Nestle, al estilo de McDonald’s

El caso Nestle, al estilo de McDonald's

Como le ocurriĆ³ a McDonald’s, la empresa Nestle tambiĆ©n tuvo sus problemas en una campaƱa en redes sociales. Todo comenzĆ³ cuando Greenpeace publicĆ³ un informe en el que se afirmaba que, para fabricar sus productos, la empresa usaba aceite de palma que obtenĆ­a de un proveedor malayo el cual, no respetaba las leyes.

La respuesta del fabricante de chocolates fue la negaciĆ³n mĆ”s absoluta en un comunicado de prensa. Esto no gustĆ³ a sus clientes, que lo expresaron en diferentes tĆ©rminos, a lo que el Community Manager encargado de gestionar el perfil. Y es que, ya has visto que como pasĆ³ con Audi, hay que tener mucho cuidado con estas cositas.

Caso Pril

Caso Pril

La campaƱa ā€œMi Prilā€ fue realizada por la empresa alemana Henkel en redes sociales. El objetivo era invitar a sus seguidores a la participaciĆ³n para escoger el nuevo diseƱo del envase del detergente estrella. Hasta aquĆ­ todo bien, pero posteriormente sus directivos demostraron que de nada sirve preguntar, si luego no lo llevas a cabo. Me explico.

El diseƱo mĆ”s votado por el pĆŗblico (10.000 Me gusta) era la imagen de una etiqueta que proponĆ­a que el detergente huele igual al: ā€œpollo a la brasaā€. Y claro, eso no lo iban a publicar. AsĆ­ los participantes se dieron cuenta de que su opiniĆ³n no pesaba tanto como la del pequeƱo jurado de Henkel.