Definitivamente, las frutas del verano por excelencia son los melones y las sandías, porque aunque sean muy diferentes en apariencia, tienen muchos puntos en común. Dos frutas muy fresquitas y que se se pueden tomar a cualquier hora del día, y que más allá de su sabor y la que te guste más, debes saber algunas características que las definen y que, quizás, te hagan cambiar de decisión a la hora de tomar una u otra para siempre.
¿Cuál es la diferencia entre melón y sandía? Os contamos sus propiedades, las distintas variedades y los valores nutricionales de cada una de ellas, para que elijas con conciencia aquella que te venga mejor, desde Moncloa.com.
El aspecto de la sandía
Estas dos frutas pertenecen a la misma familia, las Cucurbitáceas, pero no se parecen en nada en apariencia. La sandía es una fruta gigante, que puede tener un diámetro de 2 centímetros y pesar entre 11 y 44 kilos, mientras que el melón tiene un tamaño más pequeño, pesa unos 4.4 kilos y tiene un diámetro de aproximadamente 4 cm.
El melón es una planta anual rastrera, cultivada por sus frutos, que requiere de mucha temperatura y luz, de la que existen muchas variedades. Y el melón también designa el fruto de esta planta, redondo u ovalado, con piel de verde a amarilla o marrón claro y con pulpa dulce y fragante, de naranja a verdosa.
