El colectivo de víctimas del terrorismo Covite ha entregado este sábado en el Palacio Miramar de San Sebastián su XIX Premio Internacional al periodista José María Calleja, por su «coraje cívico y democrático contra el terrorismo», a título póstumo, ya que falleció por covid-19 el pasado 21 de abril. El galardón ha sido entregado a su hijo Mikel Calleja por la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, quien ha advertido al Gobierno central que dará un «portazo a las víctimas» de ETA si aprueba los Presupuestos del Estado con apoyo de EH Bildu.
El acto ha sido un homenaje a Calleja, del que Ordóñez ha recordado que «cambió mi vida, me ayudó con el duelo por el asesinato de mi hermano Gregorio transformando mi tristeza en una lucha constructiva contra el terror». A la cita han acudido, entre otros, familiares y allegados del homenajeado, el delegado del Gobierno central en Euskadi, Denis Itxaso, las dirigentes del PP vasco Nerea Llanos y Beatriz Fanjul, el edil donostiarra Enrique Ramos, el diputado foral de Medio Ambiente de Guipúzcoa, José Ignacio Asensio, y Rubén Múgica, hijo del dirigente socialista asesinado por ETA Fernando Múgica.
La presidenta de Covite ha señalado que «Calleja solía decir que en los medios de comunicación había un empacho de información sobre cómo son los que matan y un preocupante déficit sobre las vidas de las víctimas, y que por eso escribió Contra la barbarie» y ha lamentado que «hoy, más de veinte años más tarde de la publicación de su importantísima obra, tengo que lamentar que los que mataban y sus cómplices sigan teniendo más protagonismo en la vida públicaque sus víctimas.
En este contexto, ha censurado que «quienes siempre dirigieron ETA desde la comodidad de sus despachos hoy hacen política con alfombra roja, mercadean con nuestro derecho a la justicia y reclaman la excarcelación de los asesinos de nuestros familiares como moneda de cambio para apoyar unos presupuestos generales del Estado».
Al respecto, ha censurado que el Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos «en lugar de levantarse de la mesa y dar un portazo a quienes exigen negociar nuestros derechos, sigue sentándose con ellos» y ha advertido al Ejecutivo que «si finalmente aprueban los presupuestoscon el apoyo de quienes siguen exaltando, legitimando y amparando el terrorismo que nos convirtió en víctimas, el portazo nos lo habrán dado a las víctimas».
Por su parte, Mikel Calleja, ha pedido un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus, y ha destacado que su padre fue el primero en referirse desde los medios de comunicación a ETA como «banda terrorista» en vez de banda armada, y fue un arduo «luchador y defensor de la libertad» que generó «cariño tanto entre quienes le querían como entre sus adversarios» a lo largo de su vida «llena de fuerza, entrega y dedicación».
«PRIMER REFERENTE»
A continuación, ha intervenido, por videoconferencia, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien ha destacado de Calleja que «fue el primer referente de dignidad para muchos de nosotros, especialmente para los que vivíamos en el País Vasco y no nosatrevíamos a alzar la voz por miedo a la banda terrorista ETA». «Nos dio a todos la dosis de valentía necesaria para luchar contra el terror y nos tocó en la conciencia a todos para avanzar en sociedad», ha sostenido. Además, se ha comprometido a «no hacer nada que haga desmerecer su memoria». «Espero no equivocarme», ha señalado respondiendo a las críticas por la negociación de los presupuestos del Gobierno central con EH Bildu.
También han intervenido, para recordar la faceta de «activista contra ETA» de Calleja, Maite Pagazaurtundúa, Fernando Savater y Luis Castells que han destacado la facilidad del homenajeado para hacerles reír, incluso teniendo que «guardarse las lágrimas y pensando en el sufrimiento de los demás». «José Mari fue nuestra voz en la prensa, en la televisión, esa voz no la teníamos», ha recordado Pagazaurtundua.
A ello, Savater ha añadido que fue el primer periodista en argumentar en contra de la violencia y de la ideología política que llevaba a perpetrar los atentados terroristas, al tiempo que ha ensalzado su «gran papel en la resistencia contra la violencia etarra y contra la política que amparaba el terrorismo».
En la siguiente mesa redonda los periodistas María Jiménez, Gorka Angulo y Ana Aizpiri, han recordado la faceta profesional de Calleja, que supuso «un antes y un después» para el periodismo con respecto a las víctimas que «dejaron de ser cosificadas para ser humanizadas» y «marcó un libro de estilo en el que se dejaban ciabogas y rodeos». «José Mari Calleja fue siempre él mismo incluso cuando las circunstancias no le permitían ser uno mismo. Eso es la dignidad», ha subrayado Angulo.
La tercera mesa redonda ha contado con el abogado y político socialista Ramón Jáuregui, el expresidente del PP de Gipuzkoa Borja Sémper, por videoconferencia desde Madrid, y el periodista Gorka Landaburu, quienes han destacado la faceta de defensor de la democracia española.
DEMOCRACIA
Al respecto Jáuregui ha señalado que Calleja «reivindicaba la Constitución como elemento vertebrador de la democracia española frente a la estrategia de los nacionalistas de denostar a España y sus logros democráticos». También ha subrayado la aportación del homenajeado al «relato» de la «verdad» de lo acontecido que tiene que ver «con el dolor tan tremebundo y constante producido por ETA» y con la «derrota tan apabullante, limpia y democrática» de la banda terrorista. A ello Landaburu ha añadido que Calleja fue un hombre de «paz» que siempre apostó por «la convivencia y el diálogo».
Joaquín Müller-Thyssen, Adolfo Ayuso y Eduardo Ranz, amigos de la etapa de Calleja en Madrid, han recordado al periodista y escritor en la última mesa redonda del homenaje que han cerrado Millán Gómez, alumno de José María Calleja en la Universidad Carlos III de Madrid, y el escritor Raúl Guerra Garrido, quien recogió el XVIII Premio Covite el 1 de mayo de 2019 junto al también escritor Fernando Aramburu, y que se ha referido al colectivo como «guardián de la memoria de las víctimas y de la memoria histórica».