No es ningún misterio que el líder de Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago y el vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tienen una fantástica relación personal. Que Iglesias y su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, pasaran sus días de vacaciones truncados en una casa del norte de Santiago deja constancia de ello. Sin embargo, su relación íntima ha dado un paso más y ahora quieren casar los partidos. Es decir, que el PCE, ahora integrado en Izquierda Unida (IU), pasaría a formar parte de Podemos. Una decisión basada en las relaciones personales de Santiago, que parece preferir antes a Iglesias que al coordinador federal de IU, Alberto Garzón.
Santiago se ha paseado mucho por la vivienda de Iglesias en Galapagar. Su relación personal ha ido a más desde el momento en que entraron en el Gobierno y algunos incluso situaban al líder de PCE frente a algún ministerio, pero no había suficientes. Esta relación tan buena que se fragua prestando casas familiares para pasar las vacaciones tenía que estallar por algún lado. Y a quien le ha dado en la cara ha sido a Alberto Garzón.
Fuentes de IU aseguran que los comunistas, que en los últimos años han estado integrados en el partido de Garzón, quieren abandonar el partido y sumarse a la formación morada. Una decisión que está motivada no porque se haya votado o porque se haya decidido así por mayoría, sino porque Santiago lleva meses promoviendo el cambio por su relación personal con Iglesias. Algo que algunos en IU interpretan como una «puñalada» a Garzón, con quien no mantiene buena relación desde que comenzaron las negociaciones para formar Gobierno con el PSOE.
Desde el PCE aseguran que es el sentir mayoritario de los suyos. Que se quieren ir a los brazos de Iglesias. Esta sintonía entre los dos partidos ya se vio en las negociaciones, pues mientras Garzón apostaba por apoyar la investidura de Sánchez con las pocas concesiones que el líder socialista quería ceder, Santiago estaba del lado de Iglesias, que pedía ministerios o nada, algo que abocó al país a unas nuevas elecciones pero que permitió al ahora vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos hacerse con lo que quería: cuatro carteras y su puesto como número tres del Ejecutivo.
Según el PCE, hay documento aprobado en la Conferencia Política del PCE sobre unidad popular con el apoyo del 76,32% de los delegados. En este texto, se definen las líneas básicas de su política de alianzas y se avanza en la posición que de cara a la próxima asamblea federal de IU, que iba a celebrarse en julio pero fue pospuesta por la crisis de la covid-19. Esas líneas son sumarse a las fila de Podemos y dar la patada a Garzón.
Para conseguir los objetivos personales de Santiago, el PCE considera completamente necesario «continuar desmontando la IU conformada en la práctica como partido político» y desarrollar elementos «característicos de un nuevo movimiento político social», donde puedan convivir «partidos, gentes independientes, colectivos sociales y sindicales, que tengan un programa común que será el nexo de unión y compromiso». Es decir, abandonar a Garzón.
Pero el PCE no quiere montárselo por su cuenta, sino que prefiere buscar nuevos compañeros de cama, y ha elegido al mismo al que le prestó una casa para pasar sus vacaciones de verano, aunque se vieran truncadas por una pintada en el suelo que insultaba al vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos.
«Esta tarea que no basta con anunciarla, sino que hay que organizarla a través de la planificación detallada en cuanto a tiempos, territorios y cuantas acciones sean necesarias, empezando por lo más cercano, lo local para ir construyendo otros niveles territoriales», argumenta el documento del PCE.
