Kéfir: cómo conservarlo y qué beneficios tiene

Los alimentos fermentados y probióticos han inundado las neveras de los supermercados y los de nuestras casas. Hasta hace poco eran unos grandes desconocidos y en la actualidad hay familias que no pueden vivir sin ellos. Uno de estos alimentos, novedosos que ya podemos considerar una tendencia gastronómica, es el kéfir. A caballo entre un yogur y una cuajada, el kéfir es un un probiótico con origen en el Cáucaso hace ya cientos de años. ¿Lo conoces? ¿Lo has probado? ¿Conoces sus beneficios? Si no es así, continúa leyendo.

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Qué beneficios tiene

La mayoría de los beneficios del kéfir derivan de su carácter probiótico y de las modificaciones que produce en la leche. Es rico en vitamina B12, K2, calcio, magnesio, folato, enzimas y probióticos y se le atribuyen muchos beneficios nutricionales. Ayuda a regenerar la flora intestinal, mejora la digestión, y estimula las defensas del organismo entre otras cosas. Pero ojo, porque como todo también puede tener alguna contraindicación y es que el kéfir tiene un leve efecto laxante, y si consumimos demasiado o dejamos que fermente más de la cuenta se vuelve demasiado astringente y resultará demasiado ácido.