Los brotes de casos de COVID-19 en las residencias de Viana y Sesma han hecho que los casos activos en los centros de Navarra pasen en una semana de afectar a 80 personas a 115, lo que equivale al 1,3 por ciento del total de residentes en centros de la Comunidad Foral, según los datos del Departamento de Derechos Sociales.
Hasta la fecha se han producido un total de 236 altas epidemiológicas, si bien la pandemia afecta a 10 de los 71 centros de Navarra en donde residen personas mayores, con especial incidencia actual en las residencias Nuestra Señora de Gracia en Viana, y Virgen del Carmen, en Sesma.
En este último caso, se ha procedido a realizar pruebas diagnósticas a las 42 personas residentes tras presentar síntomas de la enfermedad una de ellas. Hasta el mediodía el viernes se han confirmado 22 casos positivos y se está a la espera de confirmar la conveniencia clínica de realizar traslados a centros hospitalarios o recursos intermedios.
En el caso del brote detectado en Viana, tras la realización de las pruebas de detección a todo el personal y residentes, además de las religiosas que viven en un ala del mismo edificio. De un total de 66 residentes, 33 han dado positivo, además de 3 personas que trabajan allí y 5 religiosas. Dos personas permanecen ingresadas en el hospital de Logroño y otra al recurso intermedio en San Adrián.
Cabe resaltar que del total de casos activos hasta el jueves 5 de noviembre, únicamente 5 personas están ingresadas en centros hospitalarios; 34 cursan la enfermedad en sus residencias con síntomas y 60 lo hacen asintomáticas. En los recursos intermedios permanecen atendidas 16 personas.
Respecto a las bajas de profesionales, se han producido 68 casos positivos: 43 personas padecen síntomas y 25 permanecen asintomáticas.
Desde el pasado 1 de julio han fallecido 55 personas mayores procedentes de centros residenciales, 36 en centros hospitalarios y 19 en la propia residencia. El pico en esta segunda ola se cifró en 169 personas infectadas el 12 de octubre.
23 CASOS ACTIVOS EN CENTROS DE DISCAPACIDAD
Respecto a los centros de personas con discapacidad se mantiene la tónica de estabilidad. Este jueves se contabilizaban 23 casos activos, en 3 de los 53 centros existentes, ha indicado el Gobierno.
De las 23 personas afectas, 5 se encuentran hospitalizadas, 3 permanecen en su residencia con síntomas, y 10 están asintomáticas. En los recursos intermedios cursan la enfermedad 5 personas, procedentes de estos centros.
Han recibido el alta epidemiológica 52 personas y han fallecido 3 residentes desde el pasado 1 de julio.
Respecto a las trabajadoras de estos centros, han causado baja laboral a 33 personas por COVID-19; 18 sintomáticos y 15 no padecen síntomas.
1,3% DE LAS PERSONAS QUE VIVEN EN RESIDENCIAS NAVARRAS
Sobre la situación en centros navarros, la consejera de Derechos Sociales, Mª Carmen Maeztu, considera que «aunque en Navarra la situación en los centros en la segunda ola de la pandemia es muy distinta a la primera, no hay que bajar la guardia porque la situación puede dar un giro en cualquier momento».
Así, Maeztu ha informado de que en esta segunda fase de la epidemia las personas contagiadas en las residencias de mayores representan un porcentaje menor que en la primera ola respecto al conjunto de la población. «Es un indicador de que las medidas preventivas están siendo efectivas, a pesar de lo duro que puede resultar el cierra de los centros a las visitas y salidas», ha afirmado. También se ha comprometido a relajar las medidas en función de la mejora de la situación epidemiológica general en Navarra.
Si en la primera ola se contabilizaron 1.396 casos en residencias de mayores y 5.464 en el conjunto de Navarra, ahora son 365 casos frente a 27.411, ha indicado el Ejecutivo.
Es decir, Navarra ha pasado del 26% de personas contagiadas en residencias del total, en la primera ola, al 1,3% en segunda, tomando en cuenta las pruebas diagnósticas realizadas y con resultado positivo.
En términos de tasa de mortalidad, un 16% de las personas mayores de residencias que se contagian terminan falleciendo, frente al 33% en la primera ola.
Maeztu ha apelado, una vez más, en la responsabilidad ciudadana para cumplir con las indicaciones y recomendaciones que desde Salud se realizan: «Nuestros actos no nos afectan únicamente a nosotros y nosotras porque, en este caso, una persona contagiada se convierte inmediatamente en contagiadora y puede propagar el virus con mucha rapidez, con consecuencias nefastas espacialmente en personas mayores», ha concluido.