El Tribunal de Cuentas Europeo ha advertido este jueves de que la protección del entorno marino de la Unión Europea no es suficiente y a pesar de que los objetivos y la financiación son claros, los Veintisiete no ha logrado detener la pérdida de biodiversidad marina en los mares europeos ni sus hábitat marinos más significativos.
En el ‘Informe especial 26/2020: Medio marino: la protección de la UE es extensa pero poco profunda’, el tribunal concluye que la protección del entorno marino «no profundiza lo suficiente» en la restitución de los mares a un buen estado medioambiental, mientras que los fondos de la UE «rara vez» apoyan la conservación de especies y hábitats marinos.
Además, los auditores alertan de que incluso las zonas marinas protegidas proporcionan una escasa protección real cuando persiste la sobrexplotación pesquera, «especialmente» en el Mediterráneo.
El documento fiscaliza los datos desde 2008, cuando se aprobó la Directiva marco de la estrategia marina hasta marzo de 2020, y se centra en el golfo de Vizcaya y la costa de la Península Ibérica, Macaronesia y el Mediterráneo occidental, para lo que los auditores visitaron España, Francia, Italia y Portugal.
Incluso va más allá y añade aunque se asignaron 6.000 millones de euros al Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) para el periodo 2014-2020, solo cuatro Estados miembro de los Veintisiete -España, Francia, Italia y Portugal- emplearon apenas el 6 por ciento de esta financiación en medidas directamente relacionadas con la conservación y otro 8 por ciento en medidas con impacto menos directo en la conservación.
De estas, los Veintisiete habrían utilizado el 0,2 por ciento, menos de 2.000 millones de euros para limitar el impacto de la pesca sobre el medio marino. El informe del Tribunal de Cuentas Europeo destaca que la financiación de la UE puede marcar una diferencia como se observa en buenos ejemplos de proyectos financiados a través de los programas LIFE e Interreg de la UE.
En este contexto, recuerda que a pesar de que la UE se compromete a la protección del entorno marino a través de sus políticas medioambiental y de pesca, incluida la creación de una red de zonas marinas protegidas o el objetivo de garantizar una pesca ambientalmente sostenible que minimice el impacto negativo en los ecosistemas marinos, «no ha logrado detener la pérdida de biodiversidad marina en los mares de Europa.
El responsable del informe y miembro del Tribunal de Cuentas Europeo, Joao Figueirido considera que «por su importancia económica, social y medioambiental, los mares son un verdadero tesoro». «Sin embargo, hasta la fecha, la acción de la UE no ha podido restituir los mares de Europa a un buen estado medioambiental, ni ha conseguido que la pesca vuelva a niveles sostenibles», ha lamentado.
Figueirido asegura que la auditoría constituye una «señal clara de alarma» en cuanto a la protección de los mares europeos, ya que en la práctica, el marco de la UE solo da una protección «limitada» de la biodiversidad marina.
Las zonas marinas protegidas, que ascienden a más de 3.000 son probablemente las medidas de conservación más emblemáticas pero los auditores aseguran que esta protección es «poco profunda».
La observación del informe del tribunal coincide con la última evaluación de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) que apunta que menos del 1 por ciento de las zonas marinas protegidas de Europa podrían considerarse como zonas que gozan de plena protección.
PROPUESTAS DE SOLUCIÓN
En su informe, el Tribunal considera que para que las medidas sean eficaces, las áreas marinas protegidas deben ofrecer suficiente cobertura a las especies marinas más vulnerables de la UE y a sus hábitats, así como introducir restricciones a la pesca cuando fuera necesario y estar gestionadas adecuadamente, lo cual dista mucho de la realidad.
No obstante, advierte de que las herramientas normativas que vinculan la biodiversidad marina de la UE a su política pesquera «no funcionan adecuadamente» en la práctica y además no se han desarrollado con éxito.
Por otro lado, respecto al impacto de la pesca, el tribunal señala que aunque «había comenzado a mejorar» las poblaciones de peces en el Atlántico no hay «indicios significativos de progresos» en el Mediterráneo, donde la actividad «duplica con creces los niveles sostenibles».
Por otro lado, el informe estima que la financiación de la UE podría «marcar una diferencia» como se observa en algunos proyectos financiados por los programas LIFE o Interreg.
La fiscalización abarca desde 2008, cuando se aprobó la Directiva marco de la estrategia marina hasta marzo de 2020, y se centra en el golfo de Vizcaya y la costa de la Península Ibérica, Macaronesia y el Mediterráneo occidental.