La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha confiado este lunes en que sea posible construir entre los grupos parlamentarios «el consenso que merece la política de cooperación al desarrollo», a pesar de que tanto el PP como Vox han acusado al Gobierno de utilizarla como herramienta ideológica.
En una comparecencia en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado, González Laya ha asegurado que su Departamento trabajará para construir consenso aunque es consciente de que hay «tonalidades diferentes» entre los grupos.
Y es que el ‘popular’ Alberto Fabra ha acusado su departamento de incurrir en una «deriva a la ultraizquierda» y de hacer una «utilización de la cooperación española como una herramienta ideológica».
Fabra ha puesto como ejemplo la reciente visita a Bolivia para la toma de posesión del presidente, Luis Arce, en la que participó el vicepresidente Pablo Iglesias y firmó una declaración con otros líderes de izquierda iberoamericana. Fabra ha advertido contra las «agendas paralelas», que «no van bien para la credibilidad de España» y ha emplazado a la ministra a poner orden porque es su «responsabilidad».
Por parte de Vox, José Manuel Marín Gascón ha insistido en que se retire la financiación a países cuyos regímenes no son democráticos y no respetan los derechos humanos, y que la política exterior se asegure de que no «alimenta regímenes que matan y torturan a sus ciudadanos». También ha cargado contra la Agenda 2030, que considera un «programa ideológico».
González Laya ha replicado que en cooperación la práctica es identificar países «prioritarios» y que el compromiso es con sus ciudadano, «con reducir sus brechas de pobreza y de desigualdad» y con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
Así, le ha dicho al senador de Vox que Venezuela es prioritario porque en el país viven «4 millones de personas con subnutrición a los que la cooperación española ofrece respuesta», igual que lo hace con estudiantes en Bolivia, con el sector cultural en Cuba o con las ONG que trabajan en Nicaragua.
También le ha subrayado que la Agenda 2030 «no es ideológica, y si lo es una agenda compartida ideológicamente por todos los países de la ONU». La ministra ha dejado claro a Vox que en este asunto «está en minoría» y que todos los países están alineados; en el caso de España, desde que la suscribió el Gobierno en tiempos del PP.