Dieta de la cerveza: verdades y mentiras sobre este régimen

Sobre todo para los mĂ¡s cerveceros y que les gustarĂ­a perder peso, si leen lo de la dieta de la cerveza les debe de sonar a gloria: pierdo peso y encima sigo bebiendo mi bebida favorita, la que se supone que deberĂ­a dejar de consumir precisamente para perder peso. Pues veamos que hay de verdad y de mentira en este rĂ©gimen y aclarar los -seguro- numerosos matices de esta propuesta.

Lo que estĂ¡ claro es que si buscamos en una lista la dieta que mĂ¡s se ajuste a nuestros deseos de bajar peso y no sacrificarnos, esta estarĂ­a sin duda entre las favoritas de la mayorĂ­a. Y es que lo de «barriga cervecera» no parece muy compatible con al mismo tiempo encajarlo con una dieta de la cerveza. AsĂ­ que es momento de aclararnos y ver si hay buenas noticias o no al respecto.

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Si la consumes, mejor tras hacer deporte

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Ha quedado claro que la cerveza no va a ser el pilar sobre el que construir tu dieta, pero que tampoco supone una prohibiciĂ³n, sino incluso una recomendaciĂ³n si se toma frĂ­a y sin alcohol. Pero hay otro elemento fundamental donde no habrĂ¡ problema en tomar esta medida e incluso te favorecerĂ¡. Se trata de tomarla tras hacer ejercicio. Con ello favorecerĂ¡s la recuperaciĂ³n y la hidrataciĂ³n de tu cuerpo (de ahĂ­ que deba de ser sin alcohol).

Sin embargo, como ves es sĂ³lo un elemento y no un pilar de la dieta. La verdadera dieta en este caso y en el resto, le pongas el nombre que le pongas y que suele referirse a un alimento que puedes tomar siempre y a diario, es que tienes que bajar tu ingesta calĂ³rica, dejar de tomar grasas saturadas y azĂºcares, y realizar ejercicio. Con ello lograremos el dĂ©ficit calĂ³rico necesario para bajar kilos y sobre todo no recuperarlos luego.