VALLADOLID, 29 (EUROPA PRESS)
El primer trimestre del calendario escolar se ha cerrado con un total de 522 alumnos y 41 docentes contagiados, un pico de 201 aulas confinadas durante el mes de noviembre y sin que se haya tenido que ‘cuarentenar’ centros completos.
Los datos, consultados por Europa Press en el portal abierto de la Junta, reflejan que solo el 0,15 por ciento de los escolares –de un total de 346.522– han sido positivo por Covid-19, con Palencia y Burgos con los porcentajes más altos (0,31 por ciento), al tiempo que se han confinado un 0,18 por ciento de las aulas –el último día de curso había 30 clases en cuarentena de 16.318–.
Por provincias, Ávila ha registrado un total de 45 alumnos y tres docentes contagiados, con una ratio del 0,19 por ciento de positivos por escolar y sin aulas en confinamiento. En Burgos, los contagios han afectado a 167 escolares y tres docentes, con un ratio de 0,31 por ciento de positivos por alumno, además de cerrar el trimestre con cuatro aulas en cuarentena.
En León, los datos arrojan 38 positivos entre los alumnos y tres entre los docentes, y el porcentaje más bajo de la Comunidad con 0,06 por ciento. Además cerró el trimestre con once aulas confinadas. En Palencia, ha habido 69 positivos entre los alumnos y tres entre los profesores, con una ratio del 0,31 por ciento. Además terminaron las clases con siete aulas confinadas.
Los datos en Salamanca hablan de 37 escolares y cuatro profesores positivos y una ratio del 0,08 por ciento. Además llegó a las vacaciones navideñas con un aula en cuarentena. En Segovia, los afectados por la Covid-19 han sido 22 niños y seis profesores y una ratio de 0,09 por ciento. Además tenían en funcionamiento todas sus aulas.
En Soria, ha habido 23 positivos, 20 alumnos y tres docentes, con una ratio del 0,15 por ciento y con todas las aulas en funcionamiento. Valladolid, por su parte, ha contabilizado 98 positivos entre los alumnos y ocho entre los docentes y un porcentaje del 0,12 por ciento. Además, mantenía al cierre del calendario en Navidad siete aulas confinadas.
Por último, en Zamora había 26 alumnos y ocho docentes positivos para una ratio del 0,13 por ciento y sin aulas confinadas.
En cuanto al confinamiento de las aulas, el pico, con 201 en cuarentena, se alcanzó el 9 de noviembre, mientras que el 16 de diciembre fue el primer día desde que arrancó el curso en el que las 16.318 clases estaban en pleno funcionamiento. El 23 de diciembre, último día del curso de este primer trimestre, había un total de 30 aulas confinadas. Además, los equipos Covid colegio han realizado un total de 22.295 pruebas.
Unos datos aplaudidos por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que subrayó que el primer trimestre del curso había acabado sin necesidad de cerrar «ningún centro escolar». «Gracias a la comunidad educativa por vuestro compromiso e implicación. Habéis dado un ejemplo de cómo la precaución y la colaboración ayudan a frenar la COVID», apuntó.
Por su parte, la consejera de Educación, Rocío Lucas, ha expresado una «satisfacción razonable» pues considera que el desarrollo presencial del curso se está «logrando razonablemente» tras haber concluido el primer trimestre sin que las aulas en cuarentena hayan sobrepasado el uno por ciento, pero ha llamado a «no bajar la guardia» ante los dos trimestre que restan.
La lectura que han hecho los sindicatos de estos datos es positiva, aunque con matices. Por una parte reconocen que la incidencia de la Covid-19 es «menor» de la que en un principio esperaban, pero entienden que ha sido debido más al «enorme esfuerzo» del personal docente y los equipos directivos y del «gran comportamiento» de los alumnos y las familias que de las medidas aplicadas por la Junta.
En este sentido, desde CSIF Isabel Madruga ha aplaudido la labor de los docentes en unas condiciones «durísimas», con ventanas abiertas, mantas y pasando frío para evitar contagios. «Seguimos pensando que la mejor medida hubiera sido reducir ratios», ha continuado para reclamar, de cara al próximo trimestre, unidades de purificación de aire. «Nos hemos dirigido al Ministerio, a la Consejería, a los Ayuntamientos, Diputaciones y entidades locales para que financien estos aparatos. No es muy lógico que en otros entornos como bares y restaurantes se tomen medidas y se exijan determinadas condiciones y en los centros educativos sean las mismas que al inicio de la pandemia», ha apuntado.
Madruga, además, plantea un segundo cribado entre los docentes para que el retorno a las aulas sea más seguro. «Es una medida que en otras autonomías se está planteando y puede dar cierta seguridad a la hora de retomar las clases», ha explicado, si bien es consciente de su «dificultad» por la carga de trabajo que tienen los sanitarios. Por último ha evidenciado «problemas» en las sustituciones de docentes, también carencias en la planificación del teletrabajo, ha reclamado la presencia de sanitarios en los centros y lamentado que no haya un Plan B o que no se den facilidades a los profesionales para conciliar en casos de tener familiares contagiados, además de reclamar, entre otras cuestiones, mascarillas Fffp2 para todos los docentes.
Por su parte, desde CCOO, Elena Calderón, ha querido aplaudir también la labor de los docentes, los equipos directivos y los alumnos y sus familias para recordar que, siempre que se cumplen las normas sanitarias de distancia de seguridad, higiene de manos y mascarillas los contagios se reducen. «El esfuerzo ha sido infinito, pero creo que el mensaje que hay que trasmitir a la sociedad es que si se respetan las normas sanitarias los resultados son buenos», ha apuntado.
Con respecto a un segundo cribado, la representante de CCOO ha admitido que podría ser una solución para afrontar con «más seguridad» la vuelta a las aulas, aunque ha insistido en que es más de acatar las normativas sanitarias. Eso sí, advierte de que la situación se puede complicar porque, hasta el momento, no ha hecho mucho frío y entiende que a partir de ahora va a ser «muy duro» estar en clase seis horas «parados» con las ventanas abiertas. «No estaría mal algún medidor de CO2 para saber cuando hay que abrirlas y no tener que estar con ellas constantemente abiertas», ha explicado.
Por último, desde UGT, Beatriz García, ha reconocido que los primeros diez días fueron un tanto «caóticos», si bien luego, «gracias al esfuerzo y el trabajo» de equipos directivos, profesores y alumnos. «En mayo y junio pensábamos que esto iba a ser catastrófico, pero al final los niños son maravillosos comparados con los adultos porque cumplen las normas a rajatabla, el profesorado ha demostrado que está ahí y se puede contar con ellos al igual que el personal de limpieza, conserjes… han dado una lección de que se pueden hacer las cosas bien y que el sentido común impera», ha explicado.
Un engranaje que ha funcionado cuando los protocolos han quedado «claros» y después de que profesores y equipos directivos «metieran horas y horas» para que todo saliera bien. Aun así, también ha querido reconocer la «predisposición» de la Junta de Castilla y León para, una vez arrancado el curso, solventar todos los «problemas» que como federación les han trasladado.