Mañueco exige al Gobierno un «cambio de rumbo» y defiende las medidas de Castilla y León

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha exigido al Gobierno central un cambio de rumbo con el fin de que asuma «su liderazgo» y apueste por una «coordinación efectiva», al tiempo que ha defendido las medidas adoptadas por la Comunidad para paliar la expansión del coronavirus pese a ser «duras y difíciles».

En su comparecencia ante el Pleno de las Cortes, el presidente ha insistido en que es necesario que el Ejecutivo central «mueva ficha» ante la situación de pandemia actual que requiere «la unidad y el esfuerzo de todos».

El presidente ha lanzado este mensaje antes de defender un decálogo de acciones que pide al Gobierno central entre las que se encuentra la necesidad de convocar una nueva Conferencia de Presidentes desde donde se coordinen actuaciones. «Debemos reforzarnos para hacer frente con más eficacia» en esta pandemia, ha defendido Mañueco, quien ha insistido en que el coronavirus sigue y «seguirá aún mucho tiempo».

«Nos hubiese gustado contar con más instrumentos jurídicos para actuar con eficacia y un mayor liderazgo coordinador del Gobierno de España», ha señalado.

Durante su intervención, el presidente ha defendido las medidas impulsadas desde la Junta y ha asegurado que la pandemia ha enseñado que «las medidas son más útiles y eficaces si se aplican con anticipación».

Así, ha recordado que ya el pasado 1 de enero se anunció la subida al nivel de alerta 4 en Segovia y en esas mismas fechas se adoptó un cambio de criterio para aplicar antes las medidas restrictivas, tomando como referencia la incidencia acumulada a 7 días, en vez de a 14 días como hasta entonces.

De este modo, en el Consejo de Gobierno del 7 de enero, con la participación de los expertos, se aprobaron medidas restrictivas en las provincias de Ávila, Palencia y Segovia, con cierres similares a los que mostraron su eficacia en la segunda ola, y ante el crecimiento de la incidencia a 7 días en el resto de provincias, el martes 12 de enero se ampliaron estos cierres a todas las provincias.

Por último, el día 15 de enero, ante el avance de la tercera ola, se anunciaron las medidas de limitación de los grupos de no convivientes a 4 personas; la limitación al 25 por ciento el aforo de celebraciones religiosas, el cierre perimetral de todas las provincias y el adelantando del toque de queda a las 20.00 horas.

Según ha afirmado Fernández Mañueco, «son medidas duras, difíciles de tomar, pero necesarias para frenar la escalada del coronavirus, para proteger la salud de las personas causando el menor daño a la economía», medidas que se tomaron tras escuchar a los expertos, a representantes de sectores económicos, a los portavoces de los grupos parlamentarios, a los alcaldes de los principales municipios y a los presidentes de Diputación.

VACUNAS

El presidente ha subrayado la apuesta de la Junta por una política de actuación basada en la «prevención y anticipación», tanto en el ámbito de las vacunas, como la realización de pruebas de detección, el rastreo de casos o el refuerzo de los servicios sanitarios.

En cuanto a las vacunas, la Junta de Castilla y León continúa con el plan de vacunación al ritmo que permite la actual recepción de dosis, que están siendo menos de las comprometidas por el Gobierno de España. «El sistema público está funcionado y podremos aumentar el ritmo considerablemente, llegar más rápido a más personas, si el Gobierno de España incrementa la distribución y fija un calendario con garantías», ha señalado Mañueco, quien ha considerado que Castilla y León «es la segunda Comunidad con mayor porcentaje de población vacunada».

Como ha defendido el presidente, también se está aplicando la misma prevención y anticipación en la estrategia de antígenos, cuyo objetivo es detectar lo antes posible a contagiados asintomáticos y romper la cadena de contagios. «Castilla y León ha duplicado el número en el último mes y duplica la media nacional, siendo también la primera en número de pruebas diagnósticas», ha explicado.

A esto ha sumado también el incremento del número de test rápidos de antígenos de segunda generación en los centros de salud y salas de urgencias; y los cribados masivos en poblaciones con gran incidencia que actualmente suman más de 80 desde el 1 de enero, con varios más en curso y varios más programados.

Como ha detallado, en estos cribados se han hecho pruebas a más de 253.967 personas y han detectado más de 2.771 positivos, que son 2.500 «cadenas de contagio rotas».

Igualmente, el presidente ha destacado la prevención y anticipación que se lleva a cabo con los más de 1.240 rastreadores que trabajan en Castila y León, casi el triple de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, o con las propias medidas de vigilancia. Hasta la fecha, Castilla y León ha realizado más de 51.800 inspecciones, con más de 5.700 expedientes sancionadores, a las que se suma la vigilancia de las policías locales y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

En el ámbito escolar, Fernández Mañueco ha destacado que las aulas confinadas suponen menos del 2 por ciento del total y no ha habido que cerrar ningún colegio por el coronavirus. En la actualidad acaba de empezar a dotarse a todos los centros con medidores de CO2 para compatibilizar una correcta ventilación con el adecuado confort térmico en las aulas.

Asimismo, Mañueco ha reforzado los servicios sanitarios: con el aumento de las Ucis a más de 550, la adquisición de respiradores, la contratación de personal y con la mejora de los protocolos de actuación. Claros ejemplos son la mejora del sistema de funcionamiento de los hospitales en red, de la cita previa o la reserva estratégica de Epis.

IMPACTO ECONÓMICO

Por otro lado, el presidente también ha explicado que para amortiguar el impacto de la pandemia en la economía, en Castilla y León se han puesto en marcha dos planes de choque, en marzo y noviembre, para apoyar a familias, trabajadores, empresarios y autónomos. Como ha detallado, se trata de planes de choque con ayudas directas que suman cerca de 70 millones de euros y con medidas de crédito y liquidez para movilizar casi 700 millones de euros.

A estas ayudas se ha sumado recientemente un plan de ayuda al sector turístico y la hostelería, muy golpeado por la pandemia, con 20 millones de euros en ayudas directas, ampliable otros 10 millones.