La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado este jueves que la retirada de la misión militar de la OTAN en Afganistán debería estar condiciona a la consecución de «garantías» sobre el proceso de paz en el país.
La titular de Defensa ha participado por segundo día consecutivo en la primera reunión de ministros de Defensa de la OTAN de 2021, celebrada de manera telemática, en la que se ha abordado el futuro de la misión en Afganistán y el proceso de reflexión sobre el futuro de la propia Alianza Atlántica, denominado NATO 2030.
La OTAN no ha adoptado todavía una decisión final sobre la misión en Afganistán y todas las opciones están abiertas, incluida la posibilidad de permanecer en la misión Resolute Support más allá del 1 de mayo si las condiciones de cumplimiento del acuerdo de paz y en general el proceso de paz lo aconsejan.
Los Aliados se han comprometido a mantener un contacto y consultas muy activas para adoptar conjuntamente la decisión sobre el futuro de esta misión.
«Debemos acordar un modo responsable de concluir la misión que permita que el proceso de paz preserve los importantes avances de la sociedad afgana en Derechos Humanos, educación, bienestar y promoción social de las Mujeres y seguridad y derechos de la Infancia», ha defendido Robles.
En este sentido, la ministra ha destacado que «un esfuerzo durante un tiempo adicional, en condiciones de seguridad, y un proceso de conclusión de la misión basado en garantías, es el mejor tributo que podemos ofrecer al pueblo afgano, y al esfuerzo y perseverancia de muchos miles de nuestros militares, que dieron todo por ese país, incluso sus vidas».
En esta línea, la titular de Defensa ha apostado por «aguantar un poco e insistir en un avance eficaz del proceso de paz que puede marcar la diferencia para que los afganos consoliden su avance democrático y rendir tributo al esfuerzo, tanto tiempo, incluso dando la vida de nuestros soldados, siempre en el ámbito de la decisión que conjuntamente tome la Alianza».
Con respecto al proceso de reflexión sobre el futuro de la Alianza Atlántica, la ministra ha admitido que es un momento crucial y también una gran oportunidad para reforzar el vínculo transatlántico y la cohesión de los Aliados.
Por ello, cree que tiene todo el sentido impulsar una reflexión de futuro para que la Alianza siga defendiendo a nuestros ciudadanos ante los actuales y posibles retos de seguridad, a la vez que preserva y promueve nuestros valores como sociedad.
En este contexto, ha señalado que los desafíos actuales son de tal complejidad que «no pueden ser abordados de forma unilateral» y «requieren respuestas comunes, lo que implica un esfuerzo permanente por el consenso y el multilateralismo». «España seguirá manteniendo un firme compromiso y siendo un aliado muy activo», ha subrayado.
Así, ha considerado que el actual documento NATO 2030 es el punto de partida para «promover nuestro progreso como organización». Su objetivo es lograr una OTAN más capaz, más unida políticamente y con una visión más global.
Finalmente, ha apostado por una Alianza Atlántica más fuerte, sostenible y capaz de dar respuesta a las preocupaciones y necesidades de la defensa de nuestros ciudadanos, una OTAN preparada ante cualquier reto de seguridad y más resiliente ante catástrofes como la pandemia COVID-19.