La consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, ha admitido «preocupación» ante una posible apertura en Semana Santa por si «puede desencadenar» en que peligre la temporada turística.
En declaraciones a los medios tras visitar las nuevas líneas de vacunación de Son Dureta, Gómez ha insistido este martes en que «se deber ser muy prudentes» en la desescalada ante la aparición de nuevas cepas de la COVID-19.
«Si aumenta el número de casos en Baleares, no queremos volver a poner medidas restrictivas una y otra vez», ha recalcado la consellera, quien ha reconocido que tanto la sociedad, como los trabajadores y empresarios en su conjunto «están haciendo muchos esfuerzos». «Tenemos que dar pasos de una manera lo más firme posible», ha aseverado.
De este modo, la consellera ha recordado que para bajar incidencias acumuladas altas, como las registrada en Ibiza hace apenas una semana de más de 2.000 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, hace falta semanas de restricciones. De ahí, su «preocupación» ante la Semana Santa.
No obstante, Gómez se ha mostrado esperanzada con el nivel de incidencia actual en Baleares, en que se pueda mantener «gracias también a la vacunación». «Ante cualquier repunte de casos en un municipio, nos obligará a tomar medidas muy contundentes», ha dicho.
De como Baleares enfocará la Semana Santa, la consellera de Salud ha añadido que dependerá «del número de contagios y de la ocupación de las UCI». Ahora mismo, según sus palabras, el porcentaje está en un 25%, cuando lo recomendable para pasar a nivel 3 de alerta sanitaria es que esté la ocupación en torno al 15%.
Por último, ha confirmado que el Govern trabaja en nuevas medidas de desescalada que se aplicarán a partir de la semana próxima. «Los expertos en general nos piden prudencia para que no haya repunte de contagios», ha concluido.