jueves, 12 diciembre 2024

El Papa defiende su acercamiento a los musulmanes chiíes

El Papa ha defendido su histórica al visita al gran ayatolá Ali Al Sistani, líder espiritual de los chiíes en Irak, al señalar que aunque algunos lo tilden de «inconsciente» o de haber cometido una «herejía» son decisiones que «se toman siempre en oración, en diálogo, pidiendo consejo» y nunca «son un capricho».

«Él es una persona que tiene la sabiduría y la prudencia. Él me decía que hace 10 años que no recibe a gente que va a visitarlo con otros motivos, políticos o culturales, solo religiosos. Fue muy respetuoso en el encuentro. Yo me sentí honrado. Él me saludó, nunca se levanta. Y se levantó dos veces para saludarme. Un hombre humilde y sabio. A mi me hizo bien al alma este encuentro», ha destacado el Papa en sus respuestas a los periodistas en el avión de regreso a Roma.

Francisco ha señalado que es consciente de que «hay algunas críticas» que apuntan a «que el Papa no es valiente, que es un inconsciente, que está tomando pasos contra la doctrina católica, que está a un paso de la herejía…» pero ha señalado que si bien «son riesgos» que asume «estas decisiones no son un capricho».

EL VIAJE EN EL QUE MÁS SE HA CANSADO

El Papa ha revelado también que en este viaje, el 33 de su pontificado, se ha cansado mucho más que en los otros. «No sé si los viajes se ralentizarán o no», ha reconocido cuando están a punto de cumplirse ocho años de su Pontificado. «Los 84 no vienen solos, pero ya veremos», ha asegurado. Sin embargo, ya se ha comprometido a ir pronto a Líbano, otro país de Oriente Próximo, que «tiene la debilidad de algunas minorías aun no reconciliadas, pero la fortaleza de el pueblo nacional sí reconciliado».

Sobre el viaje a Irak, el más peligroso, realizado en medio de una pandemia y con episodios recientes de violencia en sus calles, el Papa ha señalado: «Los viajes se cocinan en el tiempo, en mi conciencia. Y esta es una de las cosas que más me hacía pensar. Pensé tanto, recé tanto. Y al final, tomé la decisión, libremente, pero que venía de dentro. Yo dije que el que me hace decidir así (Dios), se ocupe de la gente. Así tome la decisión».

Francisco también ha confesado que regresa a Roma emocionado por los testimonios de los cristianos en Irak. Especialmente, según ha remarcado, por el de una madre que perdió a su hijo en los primeros bombardeos del Estado Islámico en Qaraqosh. «Yo no me imaginaba así las ruinas de Mosul –ha confesado–. No sólo la iglesia, las otras iglesias, una mezquita destruida, se ve que no estaban de acuerdo con la gente. Es para no creese la crueldad humana, nuestra».

Por último, en el Día internacional de la Mujer, Francisco ha manifestado que las mujeres tienen «más coraje» que los hombres, y ha contado que le horrorizó cuando le explicaron que el Estado Islámico ponía precios a las mujeres yazidíes, según su edad, para venderlas como esclavas.

Además, ha revelado que el libro ‘Yo seré la última’, de la activista yazidí Nadia Murad, le terminó de convencer de la necesidad de ir a Irak: «Fue el telón de fondo de esta decisión. Ese libro lo llevo dentro, y también a Nadia, que vino a contarme las cosas terribles», ha recalcado.