La portavoz adjunta de la Ejecutiva de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, ha advertido este lunes de que la formación naranja no hará de «parapeto» para que el PSOE «consiga gobiernos» autonómicos y municipales formados por el PP y Cs que «están funcionando», como el de Castilla y León.
Rodríguez ha rechazado así la petición que el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha hecho a la formación naranja para que, por «dignidad propia» y por «higiene democrática», rompa todos sus pactos con el PP, que está una campaña para «fagocitarles», y empiece por el de Castilla y León, donde el PSOE ha impulsado una moción de censura contra el presidente autonómico, Alfonso Ferández Mañueco (PP).
En una rueda de prensa en la sede de Cs tras la reunión del Comité Permanente del partido, Rodríguez ha reprochado que hable de «higiene democrática» un ministro que todavía «tiene que dar muchas explicaciones» sobre asuntos como el ‘Delcygate’ o las vacaciones que disfrutó con su familia en Canarias tras un viaje oficial a las islas.
«Para dar lecciones de moral a unos y a otros, primero uno tiene que estar limpio y ser muy coherente con sus declaraciones», ha dicho a Ábalos.
EL GOBIERNO CON EL PP EN CASTILLA Y LEÓN «FUNCIONA»
En cuanto al acuerdo de gobierno con el PP en Castilla y León, ha afirmado que «está funcionando» y que los castellanos y leoneses «están satisfechos con el trabajo que se está haciendo» desde la Junta. Por ello, ha criticado la moción de censura que se debate en las Cortes regionales, que ve como «un movimiento a la desesperada del PSOE por intentar coger gobiernos sólidos, estables y que funcionan».
«Si cree el señor Ábalos que Ciudadanos va a ser un parapeto para que ellos consigan gobiernos sin que haya una justificación fehaciente de que el pacto no está funcionando, se está equivocando de compañero de camino», ha manifestado, añadiendo que «no todo vale para estar en un gobierno».
Además, ha asegurado que las relaciones de la dirección de la formación naranja con Mañueco y con el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea (Cs), son «sólidas y reiteradas».
Aunque Ciudadanos ha adelantado que votará en contra de la moción de censura, una de sus diputadas, María Montero, ha abandonado el grupo parlamentario y ya ha dicho que se abstendrá. Refiriéndose a esta procuradora, Rodríguez ha recordado que Cs ha pedido una reunión urgente del Pacto Antitransfuguismo para asegurar «el compromiso de todos los partidos con la limpieza de las instituciones democráticas».
Por otro lado, ha acusado al PSOE de tratar de situar a Ciudadanos a la derecha y al PP de intentar presentarlo como un partido de izquierdas y ha subrayado que son una formación «de centro» que apuesta por la «moderación».
«PRESUNTA COMPRA DE VOLUNTADES» POR EL PP EN MURCIA
Esa posición en «el centro político que tanto necesita España» en el contexto actual «tan polarizado» es la que, según ha explicado, van a defender todos los miembros del Comité Permanente de Cs, que fue ampliado por la presidenta, Inés Arrimadas, la semana pasada.
En este nuevo equipo, de momento solo están definidas las funciones de Marina Bravo, que sigue siendo la secretaria general del partido; de Edmundo Bal y Melisa Rodríguez, portavoz de la Ejecutiva y portavoz adjunta, respectivamente; de Daniel Pérez Calvo, secretario de Comunicación; y de José María Espejo, secretario del grupo parlamentario en el Congreso.
Sobre la situación en el Ayuntamiento de Murcia, Rodríguez ha calificado de «curioso» que, ahora que se va a debatir la moción de censura presentada por el PSOE y Ciudadanos contra el alcalde, el ‘popular’ José Ballesta, éste se muestre dispuesto a retirar la querella que presentó contra el teniente de alcalde (Cs), Mario Gómez, con el fin de frenar esa iniciativa y poder mantener su cargo.
«Me suena a presunta compra de voluntades para que no haya moción de censura», ha comentado, avisando de que Ciudadanos va a seguir «luchando contra la corrupción».
Según ha recordado, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) está investigando las «presuntas contrataciones extrañas» del Ayuntamiento denunciadas por Gómez, que por ello fue objeto de una querella del PP y que, junto a otros compañeros concejales, ha estado sufriendo «presiones, amenazas y pintadas».