La cocina es uno de los grandes placeres de la vida. Por ello, quizás, uno de los planes más recurrentes entre amigos o familia el fin de semana es dar un capricho al paladar. Que sea a base de comida basura en alguna cadena barata, o con un menú de ensueño en un restaurante caro, es lo de menos. El punto medio, y más habitual, son los bares. Con la llegada del buen tiempo lo más típico es aprovechar el vermú y las cervezas para pedir algunas raciones. Más allá de las patatas, lo que está de moda ahora son las croquetas. En casa, la puedes preparar muy fácilmente si dominas la bechamel. Por ello vamos a enseñarte a clavar esta elaboración.
1La bechamel, una elaboración exquisita
Lo más habitual para hacer las croquetas es hacer una bechamel de jamón. Sin embargo, se puede hacer de lo que uno quiera. Se puede apostar por el pescado o por cualquier carne. Eso es indiferente. En esta ocasión no nos vamos a centrar en eso, sino puramente en la bechamel, que puede utilizarse sin mezclar con ningún otro ingrediente para aderezar unos canelones, una lasaña, unas espinacas, o incluso para un plato de pasta. Si la quisiéramos para unas croquetas sería tan sencillo como integrarla con el elemento que deseemos. A continuación, te mostramos los ingredientes y cómo preparar esta receta.