El Gobierno asume el choque con el Supremo por los indultos

El PSOE ha asumido que Pedro Sánchez tendrá otro choque frontal con la Justicia. Quedan dos años de legislatura cruciales para los socialistas y el presidente del Gobierno sabe que para tener margen de maniobra necesita el apoyo de ERC. Esto ha obligado a los dirigentes del Ejecutivo a acelerar los indultos a los líderes del procés presos a pesar de que el Tribunal Supremo no está de acuerdo con exonerarles de todos los delitos. El proceso implica que el tribunal sentenciador emita un informe (favorable o no) en referencia al indulto en cuestión. Este texto no es vinculante, pero sí que implica una declaración de intenciones. Es raro que el Gobierno desoiga las consideraciones del Tribunal Supremo. Pero en este caso, Sánchez ignorará las consideraciones de Marchena con tal de calmar las aguas con sus socios independentistas, lo que traerá casi con toda seguridad un nuevo choque entre el Gobierno y la Justicia. ERC tiene la sartén por el mango.

Son dos años para remontar. El Gobierno sabe que el golpe recibido en la Comunidad de Madrid tras las elecciones autonómicas les ha pasado más factura de la esperada y ahora afronta una remontada con todo en contra. El impuesto al diésel, los peajes, la crisis con Marruecos y el ritmo lento de vacunación no parecen ser el punto de partida ideal para la recuperación del proyecto socialista. En cualquier caso, Sánchez tiene claro que tiene que afrontar la recuperación económica y los dos años restantes de legislatura con margen de maniobra parlamentario. Vamos, que necesita a ERC para que apoye sus medidas y poder sacar adelante alguna que otra medida que lave la cara al PSOE. Pero enmarcado en este mundo de peajes que quiere imponer el Gobierno, los socialistas saben que los independentistas tienen su propio impuesto revolucionario: sacar a Oriol Junqueras y a los suyos de prisión.

En este sentido, el PSOE ha puesto la maquinaria del indulto a funcionar a toda velocidad para consolidar ese bloque parlamentario necesario. El problema es que el proceso de indultar a un preso implica una serie de pasos protocolarios que no van a ponerle fácil a Sánchez el sacar de la prisión a los líderes del procés. Entre esos pasos, Sánchez tendrá que tener en cuenta, aunque no sea vinculante, un informe del tribunal sentenciador, que en este caso es el Supremo, en el que se recomiende (o no) que el indulto es adecuado para estas personas. Y fuentes judiciales aseguran que Marchena no recomendará en el informe el indulto para los líderes separatistas. Pero como hemos dicho antes, este informe no es vinculante, solo protocolario.

el Ejecutivo suele remar en la misma dirección que la del informe del tribunal sentenciador

En condiciones normales, el Ejecutivo suele remar en la misma dirección que la del informe del tribunal sentenciador. Vamos, que si quien le condenó no recomienda exonerar de sus delitos al preso, no se hace. El problema es que Sánchez se aferrará a que dicho informe no es vinculante para hacer lo que más le conviene a su Gobierno, según su criterio, que no es otra cosa que sacar de la cárcel a Junqueras y los suyos. Esto traerá un nuevo enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Justicia, pero poco le importa a Sánchez.

La sensación en las entrañas de la Justicia es que el líder socialista hará una vez más aquello que más el convenga independientemente del decoro institucional o del respeto a las decisiones judiciales. Ya no valdrá tanto ese «respetamos las decisiones judiciales» dado que Sánchez tiene intención de sacar a los políticos presos al margen de lo que considere el mismísimo Tribunal Supremo. Y si llega a tomar esta decisión, el choque Justicia-Gobierno será una realidad. Al menos es lo que se da por hecho incluso desde dentro del PSOE. «Es fundamental el apoyo de ERC para sacar adelante el proyecto socialista».

Rufián
Gabril Rufián, con Oriol Junqueras en el Congreso.

Lo que sí asumen también desde el PSOE es que Sánchez intentará compensar en la medida en que pueda este agravio a la imagen del Supremo. Puede que ahora conceda a los independentistas lo que quieran, pero lo cierto es que desde el partido de Sánchez están preparando una serie de medidas para intentar compensar a nivel de imagen todo lo realizado este año. Para lavar la fachada socialista, el Gobierno prepara un proyecto que endurecerá la celebración de referéndums. Y para no enfadar más de la cuenta a los jueces, el Ejecutivo también preparará una serie de concesiones aún por determinar que ayude a reencauzar la relación Gobierno-Justicia.

Los socialistas saben que es el momento del indulto porque no habrá otro punto más lejano a las próximas elecciones generales. Los planes del PSOE se han trastocado con las elecciones autonómicas de Madrid y ahora hacen todo lo que pueden para mejorar su imagen cada vez más deteriorada, según se refleja de las últimas encuestas realizadas. Acelerar los indultos en un contexto en el que el PSOE ha presentado algunas de las medidas más impopulares no parece una forma de proceder adecuada, pero habrá que ver cuál es el as bajo la manga de Sánchez, que siempre lo tiene escondido por la mano de su equipo de gabinete.