La renovación del CGPJ se va a 2024: los indultos y el enroque de Casado eternizan a Lesmes

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya empieza a asumir que la renovación no llegará hasta dentro de mucho, mucho tiempo. Concretamente, el mensaje del Partido Popular (PP) en el que aseguraban que si se llevan a cabo los indultos a los líderes del procés la renovación del Consejo sería “casi imposible” ha arrojado luz sobre el ritmo que seguirá este proceso que lleva estancado desde diciembre de 2018. Este comentario no ha sorprendido en el CGPJ, donde ya tienen asumido que las palabras de los populares augura que la renovación solo llegará tras unos comicios generales. Es decir, que en el mejor de los casos, entre que se celebra la votación en 2023 y se forma Gobierno nos iremos a 2024. Esto quiere decir que el Consejo General del Poder Judicial habrá estado en funciones más de cinco años. Casi nada…

El problema es la falta de acuerdo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Pablo Casado. Ya ni siquiera entramos en las siglas. El presidente popular se ha enrocado en el «no» y las pocas veces que ha coqueteado con la renovación no han servido de nada. El líder del PP ha llegado incluso a pactar con Sánchez la renovación del Consejo vía Whatsapp para poco después echarse atrás. Y mientras, por el otro lado, tenemos a un Sánchez cuya preocupación por mantener estable su legislatura con los apoyos parlamentarios necesarios (de Unidas Podemos, ERC, el PNV y EH Bildu) le ha llevado a dar tantas concesiones a estos partidos en materia judicial que los populares ven «casi imposible» ceder. Especialmente después de que Sánchez haya hablado de los indultos como una posibilidad más que palpable.

El problema clave lo ha creado Sánchez con los indultos a los separatistas catalanes presos. Para él una sentencia judicial impuesta por el Tribunal Supremo es «revanchismo» y «venganza». Según el presidente del Gobierno, el Consejo de Ministros tomará la decisión sin tener en cuenta esos principios. Vamos, que todas las voces del PSOE y del PP asumen que los políticos catalanes que protagonizaron la proclamación de independencia fallida saldrán en libertad en cuestión de días gracias a que el Ejecutivo les indultará. Y claro, esto no es precisamente un elemento que engrase las relaciones entre los populares y los socialistas. Y menos de cara a la renovación del órgano de los jueces.

tendremos un eterno presidente del Tribunal Supremo

El CGPJ ya ni está pendiente de lo que hagan o dejen de hacer los partidos políticos. Solo quieren hacer su trabajo. El problema añadido es que mientras Casado se enroca en el «no» y Sánchez se pasa por la piedra prácticamente todas las decisiones judiciales relacionadas con este tema con tal de prolongar su legislatura, el PSOE entorpece (y critica) la capacidad de acción del Consejo. Vamos, que a este ritmo, tendremos un eterno presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, que habrá estado en el cargo más que cualquier otra persona. El Consejo General del Poder Judicial lleva en funciones ya más de dos años y todo parece indicar que estará otros tres más en el mismo sentido.

accion popular
El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, da la mano al presidente de la Sala de lo Penal del TS, Manuel Marchena.

A todo esto hay que añadir el choque que se avecina. El informe del Tribunal Supremo no acepta el indulto y es contrario a los intereses de Sánchez. Por eso, el que el Consejo de Ministros vaya a ignorar las recomendaciones de Manuel Marchena traerá otra pequeña crisis de desafección entre los jueces y el Gobierno socialista. En cualquier caso, poco le importa a Sánchez, dado que pase lo que pase será él quien decida quién será el próximo (o la próxima, más bien) presidente del Supremo siempre que conserve su mayoría parlamentaria. Eso, a no ser que las cuentas no le salgan al presidente tras los comicios de 2023. En ese caso, la papeleta cambiará.

El informe del tribunal sentenciador se conocerá previsiblemente a lo largo de esta semana. Esto provocará que se celebre un Consejo de Ministros extraordinario para valorar las opciones y tomar una decisión en firme: si indultar a los políticos catalanes encarcelados o no. Sea como sea, lo cierto es que a Sánchez le conviene tener a ERC bajo su ala para así encarar los dos años de legislatura que quedan con un poder parlamentario importante. En cualquier caso, parece que el PSOE está fiando demasiado, dado que el hecho de indultar a los catalanes traerá un coste electoral considerable al partido que esperan corregir con las medidas que se lleven a cabo gracias al apoyo en el Congreso de los separatistas de Cataluña.