sábado, 14 diciembre 2024

El juez de ‘Tándem’ reclama las claves a la empresa telefónica para intentar acceder al contenido de la tarjeta de Dina

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha acordado requerir a Samsung las claves para poder acceder al contenido de la tarjeta SD del teléfono móvil de Dina Bousselham, ex asesora del ex líder de Podemos Pablo Iglesias, en el marco de la investigación que lleva a cabo para determinar cómo acabó publicada la información que albergaba.

El titular del Juzgado de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional ha accedido así a la petición que le había formulado la Policía Científica para poder realizar la tarea que le encomendó el pasado mes de febrero para que informe de si es técnicamente posible acceder al contenido de la tarjeta telefónica, según fuentes jurídicas consultadas.

En un reciente auto, donde rechazó el recurso de reforma presentado por Bousselham contra este análisis pericial, dando curso al subsidiario de apelación, García-Castellón defendió que esta diligencia «resulta pertinente para el esclarecimiento de los hechos», así como «útil y necesaria, esto es, con virtualidad probatoria relevante».

El juez trata de esclarecer el recorrido que experimentó la mini SD desde que la asesora política sufrió el robo de su teléfono móvil en 2015 en un centro comercial hasta que parte de la información que contenía vio la luz pública, es decir, por qué manos pasó, a qué manipulaciones la sometieron y cuáles fueron las consecuencias.

Conforme al relato que hizo García-Castellón en dicho auto, basado en las pesquisas efectuadas hasta el momento, la tarjeta estaba en buen estado cuando el presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, se puso en contacto con Iglesias para entregársela –después de que cayera en las manos del medio de comunicación— con el propósito de que volviera a su legítima propietaria.

De las declaraciones en sede judicial, explicó el instructor, se desprende que el entonces líder ‘morado’ pudo consultar la mini SD en un ordenador en la sede del Grupo Z y después la tuvo unos meses, sin que conste que en ese lapso temporal la compartiera con nadie más, hasta que finalmente se la devolvió a Bousselham, que ya no pudo acceder al contenido de la misma porque estaba dañada.

Los periodistas implicados en estos hechos ya están procesados, aunque a la espera de que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional resuelva el recurso de apelación que presentaron contra el auto que ponía fin a la instrucción.

«LA ÚNICA EXPLICACIÓN POSIBLE», IGLESIAS

Para García-Castellón, «la única explicación posible, a partir de los indicios recabados, para entender la inoperatividad de la tarjeta, es que los daños se causaran mientras estaba en poder del señor Iglesias».

Con este convencimiento, el pasado mes de octubre propuso al Tribunal Supremo que investigara al antiguo jefe de Podemos por presuntos delitos de descubrimiento y revelación de secretos, con agravante de género, daños informáticos y acusación o denuncia falsa y/o simulación del delito.

Sin embargo, el alto tribunal le ordenó continuar indagando indicando expresamente una serie de diligencias, incluido el análisis pericial de la micro tarjeta, a lo que ahora espera el juez para decidir los siguientes pasos.

El dispositivo ya ha sido escudriñado por una empresa especializada que contrató la propia Bousselham para recuperar la información, pero esta compañía informática, asentada en Reino Unido, concluyó que no era posible por los métodos habituales y que debían acudir a otros más sofisticados y caros que Dina descartó.

La Policía Científica, en otro informe de hace casi un año, atribuyó parte de los daños en la mini SD a una técnica empleada por los laboratorios especializados en recuperación de información que habría causado un exceso de lijado en una de las pistas de la tarjeta.

El llamado caso ‘Dina’ es en realidad una pieza separada (la número diez) de la macrocausa ‘Tándem’, donde el juez intenta dilucidar la trascendencia penal de los muchos y variados negocios del comisario jubilado José Manuel Villarejo.