La ‘mala praxis’ de Sociedad Civil Catalana: caso omiso a los acreedores pese al burofax

Sociedad Civil Catalana actúa con las malas praxis propias del mal pagador. No sólo impaga sus deudas, sino que pone todo tipo de excusas para evitar abonar los 1.000 euros mensuales a Politeia.

En concreto, el acuerdo entre ambas asociaciones constitucionalistas establecía que SCC debía abonar 1.000 euros mensuales. SCC ha incumplido sistemáticamente este pacto, firmado el 13 de febrero de 2019 y al que ha tenido acceso MONCLOA.com.

Societat Civil Catalana reclama se denieguen las peticiones de indulto a los condenados del 'Procés'
Societat Civil Catalana reclama se denieguen las peticiones de indulto a los condenados del ‘Procés’

La entidad constitucionalista, que dice ser la más importante de Cataluña, pierde ahora credibilidad por sus estrechos vínculos con los socialistas catalanes. De hecho, ha invitado al jefe de la oposición en Cataluña y exministro de Sanidad, Salvador Illa, para que explique en su escuela de verano las bondades de los indultos. A estas mismas jornadas se han apuntado los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado e Inés Arrimadas, respectivamente.

JUAN ARZA, TESORERO DE SCC, SE NEGABA A PAGAR EL CONVENIO

Pese a los incumplimientos sistemáticos, SCC aún no ha dado una solución a este convenio tras dos años y medio desde su firma. La rúbrica se realizó con Juan Arza al frente de la administración, entonces como gerente. Arza, nombrado meses más tarde tesorero de la entidad, se negó a dar cumplimiento. Para silenciar a Politeia, se ofreció y pagó un adelanto de 2.500 euros, cuando la deuda ascendía a más de 9.000 euros. Sin embargo, fue el único pago realizado por la entidad.

DESPUÉS DE DOS AÑOS Y MEDIO DE INCUMPLIMIENTO MENSUAL, CREEMOS QUE ES EVIDENTE QUE EL FACTOR ECONÓMICO NO ES LA PRIORIDAD

Sociedad Civil Catalana, meses después, se desentendió por completo de este convenio y de las peticiones de los acreedores. Politeia mandó dos requerimientos, uno por mail y otro por burofax, para evitar las habituales excusas de recepción de la comunicación. En definitiva, para impedir que se alegara la pérdida del correo electrónico. En ese momento, Politeia era una asociación creciente, tanto en número como en peso dentro del constitucionalismo.

La respuesta de SCC fue el caso omiso a estas comunicaciones. Ni un recibido, ni un lo estudiaremos, ni una petición formal para rescindir el contrato previo pago de la deuda. Un absoluto y rotundo silencio, al menos por las mismas vías utilizadas para comunicar la petición de pago.

POLITEIA REQUIRIÓ EL PAGO A SCC POR MAIL Y BUROFAX

En uno de los mails, a los que ha tenido acceso MONCLOA.com, se pidió un mecanismo de pago para cumplir con el compromiso firmado por el entonces presidente de SCC, Ramon Bosch. Xavier Marín ejercía en ese momento como tesorero. Todo ocurría en diciembre de ese mismo año y tras dejar a deber nueve mensualidades.

«Me veo en la obligación de ponerme en contacto con usted para pedir que articule a la mayor brevedad posible los mecanismos que hagan efectivo el compromiso adquirido por SCC con Politeia», pedía el escrito. La respuesta de SCC fue el más absoluto silencio, al menos por escrito y por la misma vía.

Sin embargo, fuentes de Politeia han asegurado a este diario que SCC les trasladó la negativa de Arza para abonar los 1.000 euros mensuales del convenio. La decisión generó un fuerte malestar en la cúpula de la asociación, que estaba iniciando sus pasos y trataba de abrirse camino. Esta asfixia por parte de SCC conllevó un grave perjuicio para la estrategia de crecimiento de Politeia.

ARZA, PATRONO DE LA FUNDACIÓN JOAN BOSCÀ

En los últimos meses de 2019, Sociedad Civil Catalana realizó cambios orgánicos. La entrada de Arza supuso un nuevo mazazo para Politeia. Y es que, el nuevo tesorero se negaba a cumplir con la firma de la asociación. Arza, por otro lado, es patrono de la Fundación Joan Boscà, principal financiador de la principal entidad constitucionalista, entre otras.

Sin Bosch, también patrono y fundador de la citada fundación, Fernando Sánchez Costa se hizo con la presidencia. Bajo su batuta, hace más de año y medio, tampoco se ha dado orden de abonar este convenio.

Politeia continuó enviando comunicados sobre este impago. La fundación Joan Boscà recibió una de estas quejas a las que ha tenido acceso este diario. En el escrito se denuncia la «mala praxis» de SCC, así como la «ausencia de espíritu de unidad y colaboración«. También se ponía de manifiesto «la falta de empatía y humildad» por parte de la asociación constitucionalista más importante de Cataluña.

«No sólo se basa en los incumplimientos económicos, a pesar de los requerimientos formales vía burofax. Después de dos años y medio de incumplimiento mensual, creemos que es evidente que el factor económico no es la prioridad», afirma Politeia en la queja enviada a la fundación.

En este sentido, denuncia «el pasotismo y la soberbia de unos directivos que nunca han querido buscar una solución ni tan siquiera se han indignado a rescindir un acuerdo escrito y firmado». Por este motivo, «el constitucionalismo catalán jamás saldrá de la clandestinidad y de la perpetua sensación de derrotismo».

EL INMOVILISMO DE SCC CON CATALUÑA EN LLAMAS

Sin embargo, la asociación constitucionalista más importante de Cataluña pasaba por una etapa convulsa. Descabezada y sin un candidato a la presidencia claro, SCC apenas hizo ruido y movilizaciones para frenar los envites del independentismo.

Era la época de la violencia desatada tras la sentencia del ‘procés’. Los separatistas respondían al Supremo y al Estado de Derecho incendiando las calles de las principales ciudades, cortando carreteras y provocando un caos en las infraestructuras estratégicas, como vías ferroviarias, estaciones del AVE y el aeropuerto de El Prat. Pese a ello, desde la cúpula de SCC, aunque a título personal, algunos de sus miembros se mostraban a favor de los indultos.

SCC no realizó movilización alguna ante la barbarie independentista. Era mejor, a su juicio, oír, ver y desmovilizar al constitucionalismo, como ha venido haciendo desde entonces. Asimismo, los separatistas iniciaron, con el beneplácito de la administración de Ada Colau (BenComú) y Jaume Collboni (PSC), los cortes de la Meridiana. La respuesta de SCC fue cortar dos meses después los túneles del Cadí a finales de febrero de 2020. Un sinsentido.

Sociedad Civil Catalana ha celebrado actos y cursos durante los últimos años. Algunos de éstos últimos convenientemente subvencionados, obteniendo así nuevas fuentes de ingresos. Sin embargo, adeuda cerca de unos 33.000 euros a Politeia, una asociación formada por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Mossos d’Esquadra y policías locales, entre otros.