jueves, 12 diciembre 2024

Polémica entre el departamento de estado de Estados Unidos y la justicia marroquí

El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Edward Price, ha expresado su rechazo a la condena de cinco años de prisión al periodista marroquí Soulaiman Raissouni, acusado de «agresión violenta e indecente» y «detención forzosa». Según Price, hubo violaciones de las garantías de un juicio justo. “Creemos que el proceso judicial que condujo a su veredicto contradice la promesa fundamental del sistema marroquí de juicios justos para las personas acusadas de delitos, y es incompatible con la promesa de la constitución de 2011 y la agenda de reforma de Su Majestad el Rey Mohammed VI”, ha asegurado.

En este sentido, Prince ha mostrado su preocupación por el impacto negativo del caso en la libertad de expresión y la libertad de asociación en Marruecos. “La libertad de prensa es fundamental para sociedades prósperas y seguras, y los gobiernos deben garantizar que los periodistas puedan desempeñar con seguridad sus funciones esenciales sin temor a detenciones injustas, violencia o amenazas. Estamos siguiendo de cerca este caso, así como los de otros periodistas detenidos en Marruecos, incluido Omar Radi, y hemos planteado estas preocupaciones al gobierno marroquí y continuaremos haciéndolo”, ha concluido.

la Delegación Interministerial de Derechos Humanos de Marruecos ha asegurado que la declaración de Price está basada en información «parcial»

Por su parte, la Delegación Interministerial de Derechos Humanos (DIDH) de Marruecos ha asegurado que la declaración de Price está basada en información «parcial» proveniente exclusivamente de partidarios del acusado. “Esta información oscureció a sabiendas el punto de vista de los denunciantes y sus defensas, llegando incluso a negar su propia condición de víctima y su derecho universalmente reconocido a presentar una denuncia”, dijo la Delegación.

También hizo hincapié en el compromiso de Marruecos con el respeto de los derechos fundamentales de todas las personas, cualquiera que sea su condición, citando la independencia del poder judicial en el país del norte de África.

“Marruecos sigue profundamente apegado a la consolidación de los valores de las libertades individuales y colectivas, en particular las libertades de expresión y asociación, que están en constante desarrollo”, concluyó DIDH.

Además, Salah Tamek, un ex diplomático marroquí, se ha convertido en el crítico más agudo de los comentarios de Price. En una respuesta enérgica que publicó en las redes sociales, Tamek se opuso al aparente paternalismo de la declaración del funcionario estadounidense.

«¿Con qué derecho se arroga el poder de juzgar con toda arrogancia lo que está en conformidad con la constitución marroquí y lo que no?» preguntó, refiriéndose al comentario de Price de que la sentencia de Raissouni estaba en contradicción con las reformas liberales que Marruecos ha implementado en los últimos años de acuerdo con su constitución de 2011.

Por último, Adam Ouch, víctima de Raissouni, ha asegurado que no está sorprendido por el apoyo que está recibiendo el periodista enmascarado de “falsa solidaridad” ni que el movimiento islamista y la izquierda radical hayan unido fuerzas en pos de sus intereses comunes.

Así, para Ouch, las declaraciones del Prince son un logro para estos grupos, que no tienen en cuenta los sentimientos de las víctimas. “¿Se ha parado a pensar el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, aunque sea por un segundo, en el destino de las víctimas? Sus declaraciones van en contra de los derechos humanos de las otras partes involucradas en el conflicto, no ha tenido en cuenta que las víctimas estamos sufriendo exclusión, injusticias, difamaciones y presiones”, denuncia.

En este sentido, señala que Raissouni está recibiendo un trato de favor solo por ser periodista, y que ha sido condenado por un crimen sexual, lo que no supone una violación de la libertad de prensa. “No puedo dejar de pensar que la situación sería completamente diferente si no fuera periodista”, concluye.

Lo que es cierto es que este caso va a seguir en dando de qué hablar. La sentencia no es firme y las partes todavía pueden apelar a la Corte Suprema donde se puede revisar la sentencia.