Una facción de Vox se deja seducir por los antivacunas y presumen de no acudir a su cita

El partido de Santiago Abascal tiene una facción que se está rebelando contra las vacunas. Un grupo de diputados unido a las patas mediáticas del partido se ha dedicado a difundir presuntos documentos en los que se habla de que la vacuna tiene «efectos secundarios» más graves de lo que parece. Este grupo no predomina en Vox, pero sí que está utilizando todos los medios posibles para presumir de que no se van a vacunar y para justificar su decisión con esos presuntos textos que hablan de los efectos secundarios de Pfizer y otros sueros. Pese a que los gráficos son demoledores y dejan absolutamente claro y sin margen de duda que la vacunación está siendo un éxito y que las muertes y los ingresos en UCI se han reducido considerablemente gracias a los pinchazos, este grupo sigue a lo suyo generando cierto malestar en el partido. No hay que olvidar que la mayoría de los políticos de Vox sí se han vacunado.

Esta facción de Vox tiene cuidado a la hora de criticar las vacunas. Al menos se andan con ojo (aunque no todos) porque saben que la vacunación se basa en evidencias científicas y ellos en los textos que publica el tuitero Alvise Pérez. El polémico eurodiputado Hermann Tertsch ha sido el primero en caer en esa idea que ha deslizado el analista político cercano a Vox en el que se dice que el 10% de los ingresos hospitalarios son por efectos secundarios de las vacunas. La idea de este grupo es la de defender a todos aquellos que tienen reservas a la hora de vacunarse y, sobretodo, anticiparse a la idea de que el Ejecutivo pueda hacer obligatoria la vacunación, dados los buenos resultados que está arrojando la campaña desde que se inició.

«Esto que publica Alvise Pérez se lo mando a Luis Garicano para que mida sus palabras sobre los muchos millones que albergan muchas, profundas y muy legítimas dudas sobre la opción de vacunarse ellos y los suyos. Como vacunado le digo que estamos hartos de liberales sovietizantes», ha comentado Tertsch.

Por supuesto, los profesionales sanitarios aseguran a MONCLOA.com que estas afirmaciones están completamente fuera de lugar. Estos profesionales niegan la mayor y aseguran que los ingresos no tienen nada que ver con los efectos secundarios, además de criticar estos textos que deslizan la posibilidad de que los sueros de Pfizer o Moderna no son tan seguros.

Esta ola de comentarios que apoyan la idea de no vacunarse no tiene ninguna base científica. Se apoya en comentarios como que las vacunas no han pasado los trámites pertinentes para garantizar su son seguras u otros bulos similares que se han convertido en un rumor que hace peligrar el ritmo de vacunación. Dos destacados miembros de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, los doctores Wayne C. Koff y Michelle A. Williams, han dejado claro, al igual que otra avalancha de científicos reputados, que la vacunación es absolutamente segura. Esta afirmación fue en diciembre de 2020 y a día de hoy solo se demuestra que siguen siendo seguras.

Durante 2021, se han hecho miles de pruebas. El Gobierno lo tiene reflejado de forma oficial, pero aún así sigue circulando la incertidumbre por el hecho de ponerse una vacuna que la mayoría considera que no se ha probado lo suficiente (a pesar de que se la está poniendo medio planeta). «Todas las vacunas frente a COVID-19 autorizadas en la Unión Europea son seguras y efectivas habiendo demostrado que disminuyen de forma importante el porcentaje de personas que necesitan ser hospitalizadas tras contraer la enfermedad. La efectividad frente a hospitalización superior al 80%», aseguran desde el Ejecutivo.

Aún así, esta facción crítica con las vacunas parece insistir en que es más agnosticismo científico que otra cosa. Lo que de verdad les preocupa es que el Gobierno tome la decisión de vacunar obligatoriamente a la población o de restringir el paso a determinados locales a quienes se nieguen a hacerlo. «Espero que el resto del mundo siga esa vía. Para el que se niegue a vacunarse, prohibido: – viajar en transporte público – ir a la escuela/universidad – ir a la oficina con otros – ir a restaurantes, bares, discos ¡No existe el derecho a poner en riesgo la vida de los demás!», comentó Garicano.

Sea como sea, el gráfico de contagios y muertes por la pandemia tras el inicio de la vacunación es demoledor. Nadie puede negar que está siendo eficiente a no ser que se vista con la capa de conspiranoico y considere que los datos oficiales de todo el planeta y de todos los países están manipulados. El titular más esperanzador lo dan las páginas oficiales. Las vacunas han comenzado a frenar el ritmo de crecimiento de las muertes por coronavirus a nivel global, de acuerdo a cifras de Our World in Data.