La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, ha emplazado a las grandes empresas de comunicación y redes sociales responsabilidad para impedir que se utilicen sus canales para que los «emisores» de discursos de odio propaguen su «veneno» que luego acaba convirtiéndose en «violencia» contra las personas LGTBi.
Al inicio de su intervención en el Consejo Estatal de la formación morada, ha querido transmitir su «solidaridad» pero también su compromiso con los derechos de las personas LGTBi del país, dado que están viviendo «días nada fáciles» viendo como aumentan los delitos de odio contra ellas. Máxime cuando, a su juicio, esta situación se ve cuestionada por la «derecha y la extrema derecha».
Por eso, la también ministra de Derechos Sociales ha prometido que su espacio político va a trabajar para que la Ley Trans y LGTBi sea «una realidad lo antes posible» en España, para tener «más y mejores herramientas frente a los que no tienen más patria que su odio».
Belarra también ha apelado a la responsabilidad que tiene toda la sociedad para que el colectivo pueda tener vidas libres y seguras, algo que «no soslayan» las personas que ostentan cargos públicos de cara a «no dejar pasar los discursos de odio».
De esta forma, ha pedido responder y actuar para «no reír las gracias a los homófobos» en la vida cotidiana pero, también, en las redes sociales de cara a conformar una «defensa social» ante estos comportamientos.
Y específicamente se ha dirigido a las empresas que dirigen redes sociales y medios de comunicación, pues es «evidente» que el discurso de odio «es el caldo de cultivo» de esta problemática, que tiene «emisores originarios» como «líderes políticos y organizaciones afines que buscan poder y votos azuzando contra las minorías.
«Este discurso de odio que degrada nuestra sociedad y nuestra democracia necesita de los medios de comunicación para difundirse. Si los responsables políticos tenemos la obligación de legislar contra el odio, y es así, si la ciudadanía tiene la responsabilidad de frenar el discurso del odio al menos en su día a día; las grandes empresas de redes sociales y también grandes medios de comunicación tienen una responsabilidad, al menos equivalente, para no permitir que utilicen sus canales para propagar el veneno que luego acaba convirtíendose en violencia», ha zanjado.