Ver la tele, ver la pizarra en clase, distinguir las caras de las personas que se cruzan por la calle o conducir, se constituyen como acciones cotidianas que pueden verse dificultadas por la miopía. Así, esta se establece como un problema importante.
Existen distintos procedimientos para corregirla y uno de los más destacados es el tratamiento con lentillas Orto-K. En BENALÚA ÓPTICA son especialistas en la realización de dicho tratamiento.
Las características de la miopía
La miopía se considera un defecto refractivo, es decir, influye en cómo focalizan en el ojo las imágenes que se observan. En el ojo miope, las imágenes focalizan por delante de la retina debido a un desajuste acomodativo (de la forma en que se enfocan los objetos) o por un crecimiento axial del ojo (al hacerse más grande el globo ocular). El resultado es que se ve borroso de lejos.
¿Por qué es un problema la miopía?
La incidencia de la miopía está incrementando de manera muy significativa. En un estudio de Holden et al. (2016), se concluyó que en el año 2010 la miopía afectaba a 1.900 millones de personas en todo el mundo, lo que significa el 28% de la población. La proyección para el año 2050 indica que afectará a casi 5.000 millones de personas, es decir, el 50% de la población.
Los ojos miopes son un poco más grandes que los normales y, por ello, cuanto mayor sea la miopía (más dioptrías), la retina estará más “estirada” por dicho crecimiento y habrá más posibilidad de sufrir una patología en los ojos. Se considera una miopía patológica o magna a partir de 5 dioptrías.
El mismo estudio de Holden et al. (2016) informó que, en 2010, el 3% de la población mundial tenía miopía magna. En el año 2050, se estima que el 10% de la población tendrá alta miopía magna, es decir, 1.000 millones de personas con riesgo de grandes limitaciones visuales e incluso riesgo de ceguera.
¿Cómo prevenir la miopía?
Hay diversos factores que favorecen la aparición de la miopía: que los niños tengan menos hipermetropía de la esperada a su edad, por debajo de los 9 años; que uno o los dos padres sean miopes; que los padres sean de etnia asiática; que los niños estén menos de 1,5 horas en el exterior con luz natural o que los niños trabajen en visión de cerca más de 2,5 horas al día.
En este sentido, los factores sobre los que se puede influir en niños que aún no hayan desarrollado miopía son la realización de actividades al aire libre o la práctica de deportes con luz natural y la limitación del tiempo de trabajo en visión de cerca, en la medida de lo posible.
Es decir, es tan fácil como que los niños vuelvan a jugar en la calle o a practicar deportes en horas de luz solar. En el mundo tecnológico actual, cada vez más los niños y adolescentes dedican gran parte de su tiempo a visualizar pantallas digitales de móviles, tablets u ordenadores.
Trabajar con estos dispositivos implica una menor distancia de visionado (que obliga al ojo a un mayor esfuerzo de enfoque, con el consiguiente riesgo de desarrollar miopía), así como las radiaciones que emiten, como la luz azul. Si además se encuentran en una habitación con poca luz, se produce el cóctel perfecto para desarrollar miopía.
Por lo tanto, si se reduce el tiempo de trabajo en visión de cerca se estaría dificultando la aparición de la miopía. Pero, si no se puede reducir ese tiempo, la miopía puede aparecer y desarrollarse tanto en niños como en jóvenes más adultos.
Una buena medida para evitar la aparición de la miopía sería realizar descansos en las tareas de cerca. BENALÚA ÓPTICA aconseja seguir la regla: “Para, descansa y respira”. Cada 25 minutos de trabajo, es recomendable levantar los ojos y fijar algo que se encuentre lejos mientras se hacen 5 respiraciones profundas. Después, parpadear 25 veces con rapidez y volver al trabajo.
¿Qué hacer cuando aparece la miopía?
Cuando la miopía está asentada (mayor de 0,75 dioptrías) se debe intentar detener su progresión de forma prioritaria. Cuanto antes se inicia la miopía, mayor es su tasa de crecimiento anual. Hay que tener en cuenta que si aparece antes de los 6 años, la tasa de progresión anual sería de unas 0,87 dioptrías por año. En este caso, de no intervenir, se sobrepasarían las 5 dioptrías de miopía y se alcanzaría la tan temida miopía magna o patológica.
En la actualidad, existen varios medios para ralentizar la progresión miópica, que incluyen gafas progresivas, bifocales, lentes de contacto de desenfoque periférico y atropina en baja concentración. Uno de los tratamientos más efectivos para detener la progresión miópica es la ortoqueratología u Orto-K.
El funcionamiento del tratamiento Orto-K
Las lentillas Orto-K, que se usan para dormir por la noche, realizan un efecto de aplanamiento en la córnea. Como consecuencia de este aplanamiento, las imágenes se pueden focalizar en la retina y se puede ver perfectamente durante todo el día sin necesidad de gafas o lentes de contacto adicionales. Al acostarse por la noche se vuelven a poner y el proceso se repite.
Estas lentes de contacto especiales de geometría inversa, también llamadas lentillas nocturnas o lentillas Orto-K, son más planas en el centro y más curvas en la periferia (al contrario de las lentillas convencionales) Así, realizan un efecto de aplanamiento central y un encorvamiento en la zona periférica de la córnea.
Este efecto se realiza principalmente sobre la capa más externa de la córnea, llamada epitelio, y consiste en una migración de fluido intra e intercelular hacia la periferia corneal. El efecto no es permanente y siempre resulta necesario volver a ponerlas por la noche para disfrutar al día siguiente de una visión perfecta.
¿Por qué la Orto-K evita la progresión miópica?
Los últimos estudios sobre la progresión de la miopía indican que un factor importante a tener en cuenta es el desenfoque periférico en la retina. Cuando se corrige un ojo miope con gafas o lentillas convencionales, lo que se hace es enfocar la imagen en la parte central de la retina, pero la zona más periférica de la misma queda desenfocada y el ojo tiende a crecer para solventar ese problema.
Cuando se enfoca la periferia, se desenfoca la zona central y hay que volver a cambiar la graduación de las gafas o lentillas. Cuando se hace, el problema se repite.
Este es el motivo por el que muchas personas ven como su miopía sube y sube sin remedio. La Orto-K compensa ese desenfoque periférico de la retina y así se inhibe el estímulo principal para el crecimiento del globo ocular.
El resultado es una tasa de ralentización en la progresión miópica que va de un 30% a un 57% según los siguientes estudios realizados en los últimos 5 años: Cho and Cheung, 2012 (ROMIO); Cho et al, 2005 (LORIC); Hiraoka et al, 2012; Kakita et al, 2011; Santodomingo et al, 2012; Walline et al, 2009; Zhu et al, 2014.
¿Se trata de un tratamiento nuevo?
El tratamiento Orto-K viene realizándose desde los años 60 del siglo pasado. La diferencia es que los diseños de las lentillas de aquel tiempo nada tienen que ver con los actuales.
Los tratamientos ahora son más rápidos y efectivos porque existen mejores lentes de contacto, mejor y más preciso instrumental y mejor cualificación profesional. Son muchas las personas que se han beneficiado del tratamiento Orto-K en los últimos 20 años.
¿La Orto-K puede producir problemas?
La Orto-K es una técnica segura para la reducción de la miopía y está aprobada por la FDA americana para uso nocturno. Se debe tener en cuenta que la FDA (Food and Drugs Association) es uno de los organismos sanitarios más restrictivos del mundo, que regula tanto los alimentos como los medicamentos y tratamientos en los EE. UU.
Las lentillas Orto-K están hechas de un material con alta permeabilidad al oxígeno que favorece un uso seguro durante la noche, incluso con los ojos cerrados, pues el aporte de oxígeno proviene principalmente de los vasos sanguíneos de los párpados.
¿Quién puede beneficiarse de la Orto-K?
Cualquier miope puede beneficiarse de la Orto-K, aunque lo ideal es tener menos de 6 dioptrías de miopía y astigmatismo menor de 2 dioptrías. Los niños mayores de 5 años pueden iniciarse en la Orto-K, aunque todo depende de la gravedad del caso. Estudiantes, opositores, deportistas… todos ellos pueden beneficiarse también del tratamiento Orto-K.
¿Es un tratamiento complicado?
El tratamiento Orto-K sigue las mismas pautas que una adaptación de lentillas convencionales, con algunas ligeras diferencias.
En primer lugar, BENALÚA ÓPTICA realiza una consulta de optometría que analiza de manera detallada el sistema visual, la graduación, la salud ocular, la lágrima, la córnea, la tensión ocular y el estado de la retina. Para ello, se utilizan refractómetros computerizados, topógrafos corneales digitales y retinógrafos.
Una vez se analiza la viabilidad del caso, se procede a seleccionar las lentillas Orto-K adecuadas para reducir las dioptrías del paciente y se empiezan a probar en consulta. Se realiza refracción, topografías y fluorogramas para determinar la idoneidad de dichas lentillas.
Cuando se encuentran las lentillas adecuadas para el paciente, se las lleva para dormir con ellas y se le evalúa la mañana siguiente, a los 3 días, a la semana y a las 2 semanas.
Si en este punto se mantienen al final del día buena visión y salud ocular, se da el alta al paciente y se le cita para revisiones periódicas.
¿La Orto-K puede ayudar a corregir la presbicia?
Si la persona es miope y su caso es factible de tratar con lentillas Orto-K, es posible corregir también la presbicia para que el paciente pueda desenvolverse tanto en visión de lejos como de cerca, sin necesidad de gafas o lentillas.
¿Cuánto tiempo duran las lentillas Orto-K?
Las lentillas Orto-K ejercen un efecto de moldeo sobre la córnea durante todas las noches. Ese efecto hace que su estructura esté sometida a una presión que puede llegar a deformarlas con el paso del tiempo y, por lo tanto, afectar a la efectividad del tratamiento. Por eso, deben de reponerse al cabo de un año.
¿Cómo se limpian las lentillas Orto-K?
Las lentillas Orto-K solo requieren una lágrima artificial especial que se inserta todas las noches en las lentillas antes de ponerlas y de un líquido desinfectante muy sencillo de usar para cuando se quitan por la mañana.
¿Dónde se realiza el tratamiento Orto-K?
El tratamiento Orto-K requiere una alta cualificación por parte del optometrista que realiza la adaptación, así como de un instrumental muy avanzado para el manejo y seguimiento de los casos. Por este motivo, solo se puede realizar en ópticas especializadas y en clínicas oftalmológicas.
En definitiva, el tratamiento Orto-K aplana la córnea mediante el uso durante el sueño de unas lentillas de geometría inversa o lentillas Orto-K que permiten una visión perfecta durante el día sin necesidad de corrección óptica. Está indicado para niños y jóvenes miopes, aunque también pueden beneficiarse présbitas miopes adultos.
En BENALÚA ÓPTICA, Alicante, realizan el tratamiento con lentillas Orto-K desde el año 1996. Para resolver cualquier duda o pedir cita, es posible contactar a los profesionales vía telefónica o por correo electrónico.