La manifestación neonazi de Chueca no fue casual. La Delegación del Gobierno en Madrid, en manos de Mercedes González, permitió el pasacalles al grito de «fuera maricas de nuestros barrios» o «fuera sidosos de Madrid«, frases que no contrastan con las habituales de los grupos neonazis. Sin embargo, las imágenes de los vídeos subidos en redes sociales y los tatuajes dibujados en la piel así lo demuestran.
Las esvásticas y uno de los símbolos menos conocidos, como el ‘wolfsangel‘ -‘trampa del lobo’- se observan en las piernas de algunos manifestantes en las calles de Madrid durante el pasado fin de semana. La simbología no es actual sino usada en la época de los 90 por los grupos más violentos del fútbol, desterrados pocos años después de los campos de juego. Así, se puede ver un 14 -en referencia a las 14 palabras de David Lane, un líder estadounidense nazi fallecido en 2007- o el número 88 -que se utiliza como abreviatura de Heil Hitler al ser la H la octava letra del alfabeto-.
Pese a que normalmente estos tatuajes no se suelen dibujar en partes visibles del cuerpo, los manifestante los tenían por zonas como gemelos, tobillos y brazos. Varios de ellos portan la camiseta de KOTS, el club de la lucha clandestino en el que participó ‘Pirrakas’, el escolta de Pablo Iglesias, exlíder de Podemos.
PIRRAKAS, EL ESCOLTA DE IGLESIAS Y LUCHADOR EN KOTS
En este club secreto, cuyos combates se celebran en parkings y naves abandonadas, participan los personajes más violentos del panorama actual. ‘Pirrakas’ apenas duró 30 segundos, pese a dedicarse a esta disciplina en la que no hay reglas, ni árbitros. Tan sólo se separan a los oponentes cuando hay un KO o bien uno de ellos arroja la toalla. Tampoco hay ideologías. Desde neonazis a grupos antifascistas participan en un ring donde ambos rivales se dan la mano antes de enzarzarse en un cruento combate.
los neonazis en Chueca son una banda de locos y de fanáticos gritando barbaridades que no representan a ningún español
La camiseta que llevaba uno de ellos apuntaba a King of the Streets -el rey de las calles-, cuyo acrónimo es utilizado en una de las peleas más sangrientas que existen. En KOTS, los combates no tienen asaltos ni tiempo, tan sólo el aguante de los dos púgiles. Las manos en este combate, prácticamente, están desnudas. De hecho, las vendas solo están permitidas siempre y cuando no tapen los nudillos, para evitar peores malas artes. No hay cascos ni protecciones y está permitido todo tipo de golpes, incluidos los más bajos. La única regla, como en la conocida película, es que no hay reglas.
El ring se compone de vallas de obra, mientras la lona es el duro suelo de hormigón, por lo que un KO o una mala caída con la nuca puede producir consecuencias más graves que un puñetazo en la nariz. Pegar a alguien en el suelo está completamente permitido. De hecho, es la forma más fácil de dejar KO al rival en una pelea de este tipo. En estos combates no hay nombres propios, sino motes o nombres de guerra.
LA DELEGADA DEL GOBIERNO EN MADRID NO DIMITE: «HEMOS SIDO ENGAÑADOS»
Fuera de este ring, los sujetos violentos en Madrid están dirigidos por Alberto Ayala, de unos 42 años y con numerosos antecedentes policiales. Este exdirigente de los Ultra Sur, la facción más peligrosa del Real Madrid, es boxeador y fue quien firmó la petición para que la asociación de vecinos de San Blas-Canillejas pudiera llevar sus consignas al centro de la capital bajo el lema contra la agenda 2030-2050.
Por este motivo, varios grupos políticos han pedido el cese inmediato de la delegada del Gobierno en Madrid. ¿Cómo es posible que una asociación liderada por un neonazi pueda tener el permiso? La realidad es que toda manifestación a priori debería ser permitida, si bien los convocantes pueden ser investigados policial y judicialmente si en la misma se han cometido delitos penales. La Fiscalía investiga la manifestación como un posible delito de odio, aunque está aún por ver el alcance de la misma. Para González, el Gobierno ha sido «engañado», pero no dimite.
La actuación de González ha puesto en duda la espontaneidad de estos cánticos neonazis y ha dado gasolina a Vox para atizar a la izquierda. En este sentido, los conservadores de Santiago Abascal han recordado que se permitió el mismo día en el que se homenajeaba a Henri Parot en el País Vasco.
VOX APUNTA A LAS «CLOACAS SOCIALISTAS»
Además, la formación ha acusado a las «cloacas socialistas» de promover esta manifestación de apenas unas decenas de neonazis. El eurodiputado y abogado Jorge Buxadé ha considerado que es un montaje más para «estigmatizar a Vox«. Una forma de acallar a las víctimas que se reunieron en Mondragón contra el asesino Parot. También, contra la protesta ciudadana convocada por el sindicato Solidaridad por el ascenso de la subida de la luz. Para Vox, los neonazis en Chueca son una «banda de locos y de fanáticos gritando barbaridades que no representan a ningún español».
En este sentido, ha acusado a los socialistas de justificar «un discurso político de arrinconamiento y demonización de quienes sostenemos posiciones contrarias a él». Según ha asegurado Buxadé, los convocantes de la marcha no protestaron y que los insultos vertidos contra los homosexuales «no se las creían ni ellos mismos».
De hecho, las imágenes del pasado fin de semana no concuerdan con ninguna de las recientes manifestaciones de la extrema derecha en Madrid. La estética militar, pantalón de camuflaje en vez de cortos, junto con un ‘ejército’ desorganizado no son habituales en estos grupos.
LOS FAKE DE MARLASKA, GASOLINA PARA VOX
Para los verdes, el PSOE y Unidas Podemos tratan de vender un Madrid lleno de odio contra este colectivo. Hace pocos días, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, señalaba directamente a Vox por una falsa agresión homófoba. Poco después, se ha permitido una manifestación que ha derivado con gritos contra este mismo colectivo. El Gobierno no ha realizado autocrítica ni realizado ceses pese a la clara manipulación de la verdad.
Durante la pandemia, los grupos más radicales están sacando provecho en los barrios vulnerables, donde suelen captar a sus miembros, muchos de ellos en paro o marginados. El sábado no hubo cánticos como el tradicional ‘Cara al Sol‘, aunque sí salieron banderas que recordaron al homenaje a los caídos en la Almudena. Una llevaba el lema «frente a la impostura nuestra voz», que suele ser precisamente un mensaje contra Vox.