El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado este viernes que la situación del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont «es un factor importante para que ese recorrido que va a existir de diálogo y reencuentro vaya más fluido, se acelere y sea más factible».
«Institucionalmente estamos ante una cuestión delicada, judicialmente y políticamente. Yo no tengo ninguna duda de que hay gente pensando en esto. Tengamos confianza, igual que los indultos han operado bien… Tengamos confianza», ha dicho en una entrevista en Ràdio 4 y La 2.
Según él, la situación del también eurodiputado es inclasificable desde un punto de vista jurídico y político, en sus palabras: «No me atrevo a decir por dónde abordarlo, porque habría que tener un análisis y un estudio muy a fondo, y qué es lo que a lo mejor tiene que hacer o no el señor Puigdemont».
Preguntado por si el Gobierno puede hacer algo al respecto, ha contestado que si pudiera «lo habría hecho, porque si dependiera de la voluntad política estrictamente ha demostrado que la tiene en los indultos.»
En paralelo, ha reclamado al propio Puigdemont y a Junts que la situación actual del expresidente «no afecte al diálogo», que considera que debe ser frecuente y abrirse a la sociedad, más allá de los partidos, sumando a intelectuales y al mundo de la empresa.
El expresidente socialista ha apostado por «cultivar el diálogo, preservarlo», y ha defendido analizar qué ha ocurrido en el pasado en el marco del conflicto político en Cataluña desde la sentencia del 2010 sobre el Estatut.
«Debería haber dedicado más horas con Mariano Rajoy a hablar del Estatut, es probable, aunque desde el primer momento me lo puso muy difícil», ha añadido.
MONARQUÍA
Zapatero no cree que prospere la iniciativa presentada por las Juventudes Socialistas para someter a referéndum la Monarquía, y ha pedido esforzarse en mejorar «si esta institución ha presentado alguna dolencia, y la ha presentado».
Tras la marcha de Juan Carlos I al extranjero, ha dicho que echó en falta una explicación por parte del rey emérito, a quien ha definido como un símbolo de la Transición y la democracia: «Hay cosas que me han sorprendido y me han preocupado. No estaban en lo que podía percibir».
También ha defendido que «antes o después, tendrá que haber una regulación de la Corona» a través de la ley, en sus palabras, lo que considera que fortalecería las instituciones del Estado.