Los caídos de Puigdemont buscan venganza con una gran coalición

Àngels Chacón y Marta Pascal negocian una gran coalición en el independentismo moderado y de centro en Cataluña. Ambas fueron muy próximas a Carles Puigdemont, pero su visión sobre el ‘procés’ era diametralmente opuesta. Ninguna de las dos acepta la vía unilateral para conseguir la independencia de Cataluña, como tampoco el uso de cualquier método para lograrlo.

El centro derecha independentista más moderado trata de recomponerse y hacerse con el hueco dejado por la extinta CiU. En Cataluña falta una partido similar al PNV en el País Vasco tras la extinción de Convergència i Unió, que tenga clara su visión por la economía y el autogobierno, pero sin entrar en la independencia por la vía unilateral, que dejan a la izquierda más radical, como la CUP, ERC y a JxCat.

Su visión no es la clásica de Pujol, sino poder gobernar Cataluña con moderación, tratando de atraer inversiones y negociar un presupuesto acorde a las necesidades. Tanto Chacón como Pascal, líderes del PDeCat y del Partit Nacionalista Català, respectivamente, tienen claro este objetivo y por ahora están consiguiendo acercar posturas sobre la ideología de la nueva formación.

LA CREACIÓN DE UN PNV CATALÁN

Por el momento, esta mesa de negociación está formada también por Convergents, la Lliga Democràtica y Lliures. Estas dos últimas formaciones trataron de sumarse al PSC, pero no lograron sellar un acuerdo. De hecho, sorprende que Lliures, más apostados al centro-izquierda, esté en la misma. Además, La Lliga Democràtica es más cercana a Unió, una formación de profundas raíces catalanistas con una visión muy conservadora y cercana más a los postulados del PP en economía que al PSOE.

Tras las continuas escisiones de CiU, las corrientes separadas de JxCat tratan de encontrar su espacio. El PDeCat lo intentó en solitario el pasado 14-F y se quedó muy cerca de poder entrar, si bien restó los votos suficientes para evitar una nueva victoria de los de Puigdemont.

Marta-Pascal-PDeCAT-abandona

La falta de liderazgo de Artur Mas, más preocupado por su interés que por el de Cataluña, alejó toda opción de poder consensuar una formación similar al PNV. Su estrategia se basó en la confrontación e incluso llegó a pactar con la CUP, pese a no poder ni verles, en 2015. Fue el principio del fin. Ese fatídico acuerdo conllevó una radicalización al tratar de fagocitar también a este electorado. El único objetivo era la hegemonía del independentismo costara lo que costara. Cinco años después, ERC vuelve a liderar al separatismo en Cataluña y JxCat trata de sacar rédito con Puigdemont campando a sus anchas por Europa.

LA DESAPARICIÓN DE CIU DEJÓ HUÉRFANOS A MILES DE VOTANTES

La desaparición de CiU fue uno de los golpes más duros para los moderados. Del abismo a estar huérfanos, todo por gobernar unos pocos años más. Sin embargo, Chacón y Pascal tratan ahora de resurgir este movimiento, también necesario para tratar de desactivar las posturas más radicales.

En esta mesa están sentados exconsejeros de la Generalitat Antoni Fernández Díaz (Lliures) y Germà Gordó (Convergents), junto a Pascal y Chacón. La principal premisa de estas formaciones es el rechazo a la vía unilateral, según han apuntado fuentes conocedoras de las negociaciones a MONCLOA.com.

«Hasta ahora se trata de acercar posturas, alcanzar acuerdos de mínimos y fijar la ideología», han destacado. «Eso sí -puntualizan- no hay nada cerrado aún». Por ahora, tratan de buscar un acuerdo para dar cobijo a un electorado descompuesto en la amalgama de siglas independentistas y ninguna de ellas moderada.

La ideología de la que se nutren algunas de estas formaciones, como la Lliga, son los mismos postulados que defiende el PP en lo económico. Es decir, dejar que la economía fluya, sin influjos del sector público, con el fin de lograr un mayor dinamismo. En La Lliga, por ejemplo, han militado y simpatizado afines al PSC y Ciudadanos. De hecho, está liderada por Astrid Barrio y Ramon Bosch, expresidente de Societat Civil Catalana, que bajo su mandato fue relanzada en los momentos más críticos.

EL EXPRESIDENTE DE SCC, IMPULSOR DE UNA DE LAS FORMACIONES

Este nuevo partido, que aún carece de nombre, busca presentarse en las próximas municipales y dar batalla a Puigdemont y a ERC en su propio terreno. La idea es volver de nuevo a la esencia de ese catalanismo de Pujol, pero con tintes modernos y centrados. Tendiendo la mano en vez de responder con la confrontación.

Pascal ha tratado de refundar CDC tras plantar cara a Puigdemont en las primarias. La líder del PNC trabaja ahora para el Observatorio Nuevos Liderazgos, de la consultora beBartlet. Además, esta nueva formación contaría con la cara conocida de Chacón, cesada por Quim Torra, el inhabilitado expresidente de la Generalitat, por sus discrepancias a la hora de continuar con el ‘procés’.

La líder de esta formación, por votos y conocimiento de los ciudadanos, acapararía todo el protagonismo en las próximas elecciones autonómicas, en menos de un año y medio, y tras las municipales. Es la última bala para tratar de parar los pies desde dentro al separatismo más radical que gobierna en Cataluña con el apoyo de la CUP.

Si de sumar se tratara, estos cinco partidos podrían sumar a los actuales aliados del PSC, Units, liderados por Ramon Espadaler, el último jefe de Unió. Su fichaje sería un revulsivo para cambiar las tornas en la política catalana, aunque se vive muy protegido bajo el paraguas de la formación más votada en Cataluña. Por ahora, los de Espadaler no cierran puerta alguna, pero rehúyen de saltos al vacío.

CHACÓN Y PASCAL NEGOCIAN, PERO NO CIERRAN AÚN UN ACUERDO

Las líneas telefónicas entre las cinco formaciones están abiertas, pero son sólo eso. «Negociaciones. Sin nada cerrado», apuntan fuentes conocedoras de las mismas. Los pasos van lentos, como todo lo que ocurre en las cosas de palacio. No buscan notoriedad, sino ser capaces de articular un proyecto capaz de captar a los actuales votantes tanto de ERC como de JxCat, así como del PSC, Ciudadanos y PPC, que buscan una alternativa catalanista, sin dobles juegos ni geometrías variables. Se huye de experimentos y se tiene claro que con la CUP, ni a tomar café.

Si este nuevo partido naciera con garantías, JxCat tendría que cambiar radicalmente su estrategia. La independencia ya no sería el eje del debate, sino la economía. Y ahora hay mucha hemeroteca que tragar, como las palabras de Laura Borràs, quien dijo que JxCat es más de izquierdas que la CUP.

Asimismo, se rompería cualquier intento de aunar al separatismo bajo unas mismas siglas, como pretendía JxCat. Chacón no cederá esta vez, más cuando su potencial es más fuerte que el de los de Puigdemont.

CHACÓN LIDERARÍA EL NUEVO PARTIDO A TENOR DE SU RESULTADO EL 14-F

El PDeCat necesita que el proyecto salga adelante para poder romper con todas las cadenas que aún le atan a JxCat, como compartir espacios en el Congreso o en Ayuntamientos. Con esta nueva formación, no tendrían que dar ya ninguna explicación. Hasta ahora, los diputados del PDeCat y de JxCat muestran un camino marcadamente diferenciado. JxCat se centra únicamente en la independencia, mientras Germà Bel se interesa por la política y la economía. Dos visiones que chocan y eliminan cualquier posibilidad de poder volver a juntarse. La consecuencia directa es que Puigdemont pierde fuerza por su propio lado, inalcanzable para el resto de formaciones de la oposición.

Chacón ha iniciado su propio camino y lo hizo a mediados de septiembre a lo grande. Reunió a 150 alcaldes y regidores, un número tan sólo superado por ERC y JxCat y el triple de las alcaldías que ostenta el PSC. El eje central de este nuevo partido es poner a Cataluña en el centro de la cuestión política y económica, en un momento en el que Madrid lidera absolutamente todos los ránkings.

Pascal, por su parte, siempre se ha mostrada partidiaria del diálogo, una posición diametralmente opuesta a la de Puigdemont, quien busca imponer su criterio al Gobierno a cambio de apoyos en el Congreso. Lejos de tender puentes, Puigdemont los ha volado y con Pascal en el otro lado sería prácticamente imposible buscar puntos de diálogo.

De esta forma, la aparición de un partido nuevo en el ala independentista moderada dejaría a JxCat sin más posibilidad que pactar con ERC o la CUP, y sólo en las autonómicas. En las municipales, los acuerdos del PSC con ERC y JxCat han arrebatado alcaldías.