Niños y niñas de distintas partes del mundo han pedido soluciones urgentes que no comprometan su futuro, según ha asegurado este viernes Save the Children en el marco de la XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP26).
Save the Children ha formado un grupo de referencia infantil, conformado por doce niños y niñas de entre 12 y 17 años, para que sus ideas y peticiones sean recogidas y tenidas en cuenta por los líderes internacionales.
Según ha informado este viernes la ONG, entre las propuestas de los niños se hallan reducir los combustibles fósiles y avanzar hacia las energías renovables y verdes, asegurarse de que los derechos de la infancia sean reconocidos en todo momento y respetar e incluir sus voces en las decisiones sobre el clima.
«La infancia tiene derecho a participar en las decisiones que se tomen acerca de su futuro, por lo que hay que adaptar procesos regulatorios, legislativos y de debate político a la participación infantil y adolescente», ha señalado Andrés Conde, director de Save the Children en España.
En este contexto, Dilmani, de 14 años, de Sri Lanka, ha manifiestado que «a menudo» ve los impactos del cambio climático en su país, «ya sea por la sequía, las inundaciones o los deslizamientos de tierra». «Esto significa que los niños y niñas no pueden ir a la escuela al no tener forma de desplazarse. Aquí podemos ver de primera mano cómo el cambio climático ya está teniendo un impacto en la educación. Esto me entristece porque la educación es una necesidad básica: es nuestro futuro», ha comentado.
Save the Children ha destacado que también ha hablado Bailasan, de 13 años, que vive en una ciudad del noreste de Siria «donde la sequía, el bajo nivel de agua de los ríos y los daños en las infraestructuras han privado de agua a millones de personas».
«Debido a esta crisis del agua, la familia de Bailasan no ha recogido ninguna cosecha en cuatro años. Junto con otras familias de la zona, están considerando la posibilidad de salir del país por la crisis climática. Cada año, la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos provoca que más de 30 millones de personas se conviertan en refugiadas climáticas, de las cuáles 10 millones son niños y niñas», ha apuntado la ONG.
Emanuel, de 14 años, es un activista noruego del medio ambiente y forma parte de un grupo de jóvenes expertos para el clima: «los niños y niñas quizá no seamos científicos del clima, pero sabemos algo importante: debemos actuar ahora; antes de que sea demasiado tarde porque nos arrepentiremos. Los líderes de hoy tienen el futuro de la humanidad sobre sus hombros, nuestro futuro».
Las reflexiones de los niños y niñas se producen semanas después de que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptara una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente limpio y saludable como un derecho fundamental, y estableció un nuevo Relator Especial de la ONU sobre la promoción y protección de los derechos humanos en el contexto del cambio climático.
Ante esta nueva resolución, Conde ha indicado que «es un paso importante y necesario, pero los niños y niñas más afectados siguen siendo los que menos voz y representación tienen: los líderes deben escuchar y responder a las preocupaciones de la infancia y hacer todo lo posible para proteger su futuro».
Finalmente, Conde ha añadido que «cada día» los niños y niñas con los que trabajan les dicen que «los líderes no están haciendo lo suficiente para limitar el catastrófico cambio climático y que necesitan ver más acciones». «Los niños y niñas, sobre todo quienes viven en países con menos ingresos, son los que menos han contribuido a la crisis climática y, sin embargo, son los que más van a sufrirla», ha remachado.