El grupo francés de infraestructuras Alstom cerró su primer semestre fiscal, finalizado en septiembre, con unas pérdidas netas atribuidas de 26 millones de euros, frente a las ganancias netas de 170 millones registradas en el mismo periodo del año anterior, según ha informado la empresa este miércoles en un comunicado.
La facturación entre abril y septiembre alcanzó los 7.443 millones de euros, lo que supone más del doble que en el mismo periodo del año pasado, fruto de la compra de la división de trenes de Bombardier. Por segmentos de negocio, la división de material rodante creció un 150%, hasta 4.285 millones, mientras que los ingresos por servicios se situaron en 1.559 millones, un 135% más.
La facturación del negocio de señalización ferroviaria se elevó un 55,9%, hasta 1.077 millones, al tiempo que los servicios supusieron unos ingresos de 522 millones de euros, un 15,5% más.
El coste de los productos y servicios vendidos fue de 6.694 millones de euros, lo que equivale a un incremento del 126% en comparación con el primer semestre fiscal del ejercicio anterior. De su lado, los gastos de venta se elevaron un 60%, hasta 162 millones, y los administrativos alcanzaron los 309 millones, un 82,8% más. La partida de investigación y desarrollo (I+D) fue de 258 millones de euros.
La incorporación de los trenes de Bombardier también ha afectado de forma abultada a los pedidos de la empresa. Entre abril y septiembre registró nuevos pedidos por valor de 9.726 millones de euros, casi el triple que en el primer semestre del ejercicio anterior. De esta forma, la cartera de pedidos pendientes creció un 91%, hasta 76.362 millones.