Casi dos de cada tres mujeres que trabajan en medios de comunicación han sufrido amenazas, abusos o intimidaciones en relación con su trabajo tanto ‘online’ como ‘offline’, según los datos que maneja la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
Según la FIP, los ataques que sufren estas mujeres provienen de «todas» las direcciones y ha mencionado a sus colegas y jefes, fuentes informativas o usuarios anónimos de las redes sociales, que tienen mucho «poder», según la organización.
Estos ataques impactan en la libertad de expresión y llevan a las mujeres periodistas a autocensurarse, además de tener «consecuencias devastadoras» en el pluralismo y el derecho de la ciudadanía a saber, ya que muchas mujeres eligen no contar ciertas historias por miedo a recibir ataques o ser asesinadas. Asimismo, también tienen efectos sobre su bienestar y su vida personal.
En vísperas del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra este jueves, la FIP lidera un llamamiento global a los gobiernos para que ayuden a erradicar la violencia en el entorno laboral mediante la ratificación del Convenio 190 contra la violencia y el acoso en el mundo laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La OIT aprobó la convención el 10 de junio de 2019. El texto tiene el potencial de cambiar las vidas de las mujeres periodistas, defiende la FIP, que ha lamentado que, hasta la fecha, sólo han ratificado la convención ocho países: Argentina, Ecuador, Fiyi, Finlandia, Namibia, Somalia, España y Uruguay.
«Necesitamos que los gobiernos de todo el mundo ratifiquen esta convención lo antes posibles para que la violencia en el entorno laboral se considere un asunto de salud y seguridad y pueda ser abordado consecuentemente», ha indicado la presidenta del Consejo de Género de la FIP, María Ángeles Samperio, que ha incidido en que el texto puede convertir las redacciones en «zonas libres de violencia, muy necesarias en el periodismo».
Como parte del llamamiento, los miembros del Consejo de Género de la organización están compartiendo testimonios que prueban por qué la ratificación es fundamental en países como Canadá, Chipre, Grecia, Perú y Portugal, destacando la urgencia de luchar contra el acoso ‘online’ y la violencia económica, entre otros asuntos.