El área de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma destaca este miércoles el «grave impacto» que la erupción volcánica en Cumbre Vieja está causando en el pino canario y en los lagartos, que encabezan la lista de las especies vegetales y animales más afectadas por la continua emisión de ceniza y de lava que desde hace dos meses afecta a varios municipios de la isla.
Esta es una de las conclusiones del estudio que está realizando el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPNA-CSIC), en colaboración con el área insular de Medio Ambiente, acerca de cómo afecta la erupción volcánica a la biodiversidad nativa insular.
En estos trabajos se ha contado, además, con el respaldo del Servicio de Biodiversidad de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha Contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canaria, cuyos expertos en invertebrados y murciélagos han permitido ampliar el análisis a algunos grupos específicos de la fauna insular.
La consejera, María Rodríguez, explica en una nota la importancia que tiene este trabajo que se está desarrollando para conocer cómo ha cambiado el comportamiento de las distintas especies de flora y fauna en relación al volcán, así como tener información acerca de en qué medida se han visto afectadas y cómo las diferentes especies irán evolucionando a lo largo de este proceso.
Para la ejecución del estudio se han establecido diversos puntos de observación ubicados en un radio de un kilómetro del cráter del volcán y en la zona situada a un máximo de 200 metros de las coladas.
En cada uno de estos puntos, se ha realizado un inventario de las especies vegetales, contabilizando su abundancia y su cobertura en parcelas de 30×30 metros.
Además, se han censado las aves y reptiles en cada una de ellas.
Los resultados obtenidos indican que todos los ejemplares de pino canario situados en las inmediaciones del cráter han muerto, viéndose únicamente su núcleo de tea resistiendo los embates del volcán.
Por otro lado, el efecto de los aerosoles ácidos desprendidos por el volcán, ha provocado una pérdida del color verde muy importante en los pinos, sin tener muy claro, en este punto, cuál será la evolución de estos ejemplares y sus efectos sobre los procesos fotosintéticos de las plantas.
HASTA 7 KILÓMETROS DE DISTANCIA
Además, se ha corroborado que este efecto afecta a los ejemplares situados a una distancia de hasta 7 kilómetros del cráter.
Otro de los impactos más preocupantes del volcán en la vegetación ha sido la acumulación de cenizas sobre ella, así como sobre el sustrato.
Además, esta acumulación de ceniza habría afectado a toda la fauna vertebrada e invertebrada que vive o se esconde bajo piedras o en el suelo.
En el caso de los animales, los más afectados son los lagartos, de los cuales muchos han sucumbido debajo de las coladas, debido a su costumbre de esconderse bajo piedras para huir de los depredadores y a su pequeña área de campeo.
Solo se ven activos los ejemplares más pequeños, con mayor facilidad de termorregulación.
Incluso, en algunos casos, se han visto ejemplares adentrándose en la cabeza de las coladas ya frías.
Otro problema de esta especie de reptil ha sido la falta de alimento como consecuencia de la ceniza.
Por un lado, los invertebrados, que forman buena parte de su espectro alimentario, han sufrido también las inclemencias del volcán, que en muchos casos ha causado su muerte y en otros han provocado que su actividad disminuya.
La afección de la ceniza sobre la vegetación ha supuesto la falta de alimento para estos lagartos.
OTRAS ESPECIES AFECTADAS
En el caso de las aves, si bien al inicio de la erupción su comportamiento fue un tanto diferente, muchos de ellos mantuvieron sus territorios hasta el último momento, sin embargo, con el paso del tiempo, muchas especies se adaptaron.
Cernícalos, aguilillas, cuervos, grajas, canarios, mirlos o currucas cabecinegras mantienen una actividad relativamente normal aunque muchas veces sorprendente al realizarlas muy cerca de las coladas e, incluso, del cráter mientras éste emite lava, cenizas o gases con fuerza.
El grupo de aves más perjudicado ha sido el de las pardelas cenicientas, cuyos juveniles, que abandonan sus nidos en octubre-noviembre de cada año, se han visto afectados al cubrirse sus nidos por las coladas que llegaron al mar. Los adultos, que ya habían abandonado la zona, no se vieron afectados.
En este sentido, se pretende realizar un seguimiento para ver qué ocurre la próxima temporada de cría cuando estos adultos regresen a sus lugares de nidificación y ya no los encuentren allí.
En el caso de los murciélagos, el estudio ha servido para comprobar una gran actividad en las zonas de costa y plataneras, sobre todo del Murciélago de Madeira, al haber muchos depósitos de agua y con ello una gran cantidad de alimento en forma de mosquitos y pequeñas mariposas nocturnas.
En cuanto a los invertebrados, estos han padecido los efectos del volcán y en zonas colmatadas por las cenizas apenas se observa actividad.
Al producirse la erupción justo después del verano, tanto la vegetación como la actividad de ciertos grupos de animales como los invertebrados, se encontraba prácticamente en parada biológica.
Si a esto se le suma el efecto del volcán, sus gases y altas temperaturas, el agostamiento de la vegetación y la ausencia de animales en la zona ha sido muy importante.
Con todo, el estudio muestra que el efecto de la erupción volcánica no ha supuesto una grave amenaza para ninguna especie en riesgo de la biodiversidad de La Palma.
El Cabildo informa también de que se sigue haciendo un seguimiento de la garbancera, así como del Saltamontes áptero de El Remo y de la Dama palmera con el fin de determinar cómo la caída masiva de ceniza pueda afectar a sus poblaciones.
A día de hoy sus poblaciones no se han visto afectadas de una forma notable, por lo que será fundamental continuar con estos seguimientos.