El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha tomado brevemente la palabra este viernes durante el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por la macrocausa ‘Tándem’ para reivindicarse como abogado de su propia defensa, ante lo cual el tribunal que preside la magistrada Ángela Murillo se ha plantado: «Cállese, por favor».
Este nuevo choque entre la defensa de Villarejo y el tribunal encabezado por Murillo ha tenido lugar cuando el abogado José Antonio García Cabrera ha intentado una vez más pasar el testigo a su cliente-compañero para que terminara de enunciar la tanda documental que consideran necesario exponer en este triple juicio.
«Ahora, las (pruebas documentales) que propone el propio defensor, el señor Villarejo, en su propia defensa», ha dicho García Cabrera. «La defensa la está ejerciendo usted», le ha recordado la magistrada.
El letrado se disponía a proseguir cuando ha irrumpido Villarejo: «Con la venia, señoría, yo soy codefensor». A partir de ahí se han sucedido una serie de intervenciones entrecortadas del comisario, su abogado y la juez que han concluido con una nueva bronca del tribunal al acusado.
«Con usted no estoy hablando, estoy hablando con el señor letrado», ha espetado Murillo. «Yo tengo derecho (…) soy acusado y letrado, señoría», ha querido matizar Villarejo, propiciando con ello el enfado del tribunal. «¿Quiere callarse, por favor? En esta sede judicial no puede decir lo que le dé la gana», ha zanjado la magistrada.
No es el primer encontronazo que han tenido en la sesión de este viernes. Por la mañana, García Cabrera ya intentó que Villarejo expusiera su última cuestión previa, pero el tribunal se ha negado, por lo que el abogado ha tenido que leer un escrito preparado ‘ex profeso’ por el agente retirado.
En otro episodio de este mismo viernes, García Cabrera ha reprochado a los magistrados que durante la sesión de tarde del pasado 15 de noviembre estuvieron dormitando mientras los abogados ponían de relieve supuestas vulneraciones de sus derechos fundamentales. Es «un escenario nada edificante» que «sus señorías se puedan abandonar en manos de Morfeo», ha lamentado.
Tal afirmación ha provocado el enojo de Murillo, que ha exigido a García Cabrera que precisara en qué momento exacto se habrían dormido. «Yo le rogaría que lo acredite», ha retado, si bien finalmente el abogado ha reculado apuntando que sus palabras se podrían haber malinterpretado.