El científico Richard Hatchett, director ejecutivo de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), fundación que financia el desarrollo de vacunas, ha señalado en la sesión especial de la Asamblea Mundial de la Salud, que la variante Ómicron «ha cumplido, de manera precisa, las predicciones de los científicos que advirtieron de que la elevada transmisión del virus en zonas con acceso limitado a la vacuna aceleraría su evolución».
«Habiendo vacunado completamente a menos de una cuarta parte de su población, Botswana y Sudáfrica proporcionaron un entorno fértil para tal evolución. El virus es un oportunista despiadado; y la inequidad que ha caracterizado la respuesta global ahora ha vuelto a casa», ha añadido en su intervención en este encuentro que tiene como objetivo buscar estrategias para luchar mejor contra una próxima pandemia.
«La vigilancia eficiente, la detección temprana, la alerta y el intercambio de información de Sudáfrica y Botswana le han otorgado al mundo un tiempo precioso», que ha servido para implementar medidas de contención y dado tiempo para prepararse. «Nuestros socios de la industria ahora están investigando intensamente si nuestras vacunas actuales se han visto comprometidas y están consultando con los reguladores y la Organización MUndial de la Salud (OMS) a medida que desarrollan nuevas vacunas por si acaso», añade.
A su juicio «el mundo se encuentra en una encrucijada», ya que considera que, aunque el mundo está preparado para «futuras emergencias», «lo que sucede cuando estas amenazas se materializan depende de nosotros».
«Necesitamos urgentemente un marco o convención global sobre preparación y respuesta ante una pandemia si queremos tener alguna esperanza de prevenir futuras pandemias, acelerar la disponibilidad global de contramedidas médicas críticas y asegurar resultados más justos que los que hemos logrado con COVID», ha afirmado.
«Hemos dicho, a menudo, todos nosotros, que nadie está a salvo a menos que todos estén a salvo y ahora agregaría, y espero que todos estén de acuerdo, y a menos que todos estén preparados para responder y actuar de acuerdo con lo acordado globalmente normas, cuando surgen nuevas amenazas», ha añadido.
Para Hatchett, las epidemias y pandemias son una de las mayores amenazas que de este siglo, más teniendo en cuenta los efectos desconocidos que pueden estar por venir con el cambio climático. «Para contrarrestarlos, en el futuro, debemos aprender de esta experiencia», ha advertido.
«No podemos confiar en la acción descoordinada de casi 200 estados soberanos para obtener resultados mejores que los que hemos observado hasta la fecha. Debemos fortalecer las instituciones que tenemos, incluidas las agencias técnicas que represento hoy aquí. Y, fundamentalmente, debemos acordar los principios para compartir datos, muestras y contramedidas», ha conclido.