jueves, 12 diciembre 2024

Fidelity cree que la Bolsa ya ha iniciado un ciclo bajista que continuará en 2022

La gestora Fidelity International cree que los mercados de renta variable ya han iniciado un ciclo bajista que continuará a lo largo del año que viene, y aunque prevé un «aterrizaje suave», recomienda configurar carteras más sólidas con un sesgo de calidad, un apalancamiento reducido y poca exposición a China.

Así lo ha señalado la firma de inversión en el informe ‘2022: un año de encrucijadas. Desenmarañar la paradoja de la política monetaria’, que recoge todos sus puntos de vista de cara a 2022.

Entre los principales riesgos para los mercados están un menor crecimiento de los beneficios, unas tasas de inflación y de interés más altas, las perturbaciones de las cadenas de suministro, los elevados niveles de deuda y la tormenta normativa en China.

Fidelity mantiene una visión neutral en renta variable y prevé un aumento de la volatilidad en el corto plazo, así como un mejor comportamiento de las bolsas de mercados desarrollados de cara al año que viene, motivado por las menores tasas de vacunación y las políticas monetarias restrictivas que se observan en los mercados emergentes.

China, por su parte, será un «gran problema de fondo». No obstante, las caídas experimentadas este año han permitido que los mercados del país se muevan a niveles de cotización «bastante atractivos», con lo que la firma se mantiene optimista y 2022 podría ser diferente.

En renta fija, por su parte, esperan que los rendimientos nominales de Estados Unidos aumenten en 2022 por la reducción de las compras de activos y el aumento de la inflación. La deuda de Reino Unido será aún más atractiva, aunque la mayor inclinación de las curvas «tendrá un efecto negativo sobre una economía ya tensionada por las alzas de los precios».

Los impagos en los mercados de bonos corporativos deberían mantenerse en niveles «excepcionalmente bajos» el año que viene.

POLÍTICA MONETARIA E INFLACIÓN

El director de inversiones de gestión de activos, Andrew McCaffery, destaca en el informe que los precios energéticos «desbocados», los niveles de deuda elevados y la ralentización del crecimiento incrementan el riesgo de que se produzca un error de política monetaria en el próximo año.

McCaffery considera que algunas subidas de los precios persistirán debido a los bloqueos de cadenas de suministro, pero ponerle freno de forma contundente podría dañar un crecimiento que ya está frenándose.

Ante este escenario, la gestora espera que los tipos de interés se mantengan en niveles bajos durante más tiempo, a pesar de la inflación, si bien sí que se reducirán los estímulos presupuestarios tanto en Europa como en Estados Unidos.