El presidente de Melilla, Eduardo de Castro (Grupo Mixto), ha rechazado las acusaciones de «blasfemia» a los cristianos de la ciudad en una obra de teatro incluida en el programa oficial de Navidad de la Ciudad Autónoma y considera que se trata de «una polémica artificial» con fines políticas.
A preguntas de los periodistas, Eduardo de Castro ha mostrado su apoyo a la consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño (PSOE), y rechaza las peticiones de dimisión y cese que han reclamado el vicario episcopal de Melilla y la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa desde el ámbito religioso y PP y Vox desde el político.
La primera autoridad melillense ha asegurado ante los medios, al igual que ha transmitido en privado al vicario episcopal Eduardo Resa, que en la obra «Canciones de Belén» del grupo de teatro melillense Mirrolde «no creo que se haya ofendido a nadie y de lo que estoy seguro es que de ninguna manera se ha hecho con una intención de ofender».
De Castro ha pedido que «no se mezcle religión con política» al tiempo que ha recalcado que «yo no comparto esa visión extrema» de una representación teatral que incluye musical con el nacimiento de Jesucristo, que se ofrece a diario, con entrada gratuita, junto al Belén Oficial de Melilla.
El presidente melillense ha opinado que la reacción del PP se debe sobre todo a la publicación de «unas encuestas que les son desfavorables», en las que supuestamente perderían su condición de partido más votado en favor de CPM si hoy hubiera elecciones municipales y autonómicas.
De Castro ha defendido esta tesis al señalar que los populares se han quejado de la obra «al séptimo día de su representación» y porque asegura que se trata de «la misma obra que se ofrece desde hace siete años», también en tiempos de Juan José Imbroda (PP) como presidente de Melilla, algo que niegan desde el PP.
Por todo ello, Eduardo de Castro tampoco ve motivos para la petición de suspender la función que, según subrayan desde las citadas entidades religiosas y políticos, supone una «blasfemia» contra la comunidad cristiana melillense, al subvencionarse una obra de teatro en la que «se mofa contra uno de los valores del cristianismo» como es el nacimiento de Jesucristo.
También critican que en esta representación cultural «se recoja que el nombre de Jesús derive de un estornudo, María dice no a la Concepción o se refieran a los tres Reyes Magos como los tres cerditos».