El portavoz nacional de Cs, Edmundo Val, ha descartado este lunes que su formación vaya a formar parte de un gobierno del que forme parte Vox en Castilla y León y ha descrito a su partido como «el dique de contención de los extremismos y los populismos, sean de derechas y de izquierdas».
Lo ha explicado en una entrevista en La 2 y Ràdio4, después de que el lunes el Centro de Investigaciones Sociológicas (Cis) publicara una encuesta en la que PP y Vox no suman para formar gobierno sin los cuatro diputados que el estudio arroja para los naranjas.
Según Bal, los resultados que estima el partido «son coincidentes» con los publicados por el organismo público, por lo que ha vaticinado que Cs tendrá grupo electoral propio en las Cortes de Castilla y León.
Ha rechazado que el partido liderado por Inés Arrimadas actúe condicionado por las citas electorales: ha sostenido que siempre deja «en último lugar» su beneficio electoral y procede, en sus palabras, pensando en el bien de los españoles.
REFORMA LABORAL
El portavoz nacional de Cs ha destacado el respaldo que suscitó la reforma laboral en el Congreso de los diputados, ha insistido en que «la voluntad mayoritaria era un ‘sí'» y ha considerado la aprobación una victoria.
En esta línea, ha reivindicado que el decreto se ha convalidado en materia de derecho y desde un punto de vista político porque esta era «la voluntad de UPN», por lo que ha hecho referencia a que el día de la votación hubo tres errores, en alusión a los votos contrarios de los dos diputados de UPN y el afirmativo del ‘popular’ Alberto Casero.
Según Bal, el diputado de UPN Sergio Sayas a las 11h de la mañana del día de la votación se comprometió a seguir la disciplina de su partido: «Me engañó mirándome a la cara», ha zanjado, Bal que ha dicho desconocer las razones por el cambio del sentido del voto y ha preferido no hacer acusaciones de transfuguismo.
El portavoz nacional de Cs ha criticado que la insistencia de la vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz a ratificar la norma con los votos del bloque de la investidura fue «una postura verdaderamente infantil, muy ridícula, que fue subsanada por su parte».
Se ha mostrado dispuesto a llegar a más acuerdos con el Gobierno en base, ha dicho, al sentido de estado y la responsabilidad de Cs, pero ha rechazado la ley de la vivienda que prepara el Ejecutivo porque ha considerado «que no soluciona el problema, sino que además lo empeora».
POLÍTICA CATALANA
Bal ha repetido que a su juicio los indultos a los presos independentistas fueron ilegales porque «es la primera vez que se indulta por utilidad pública» y no, ha explicado, por razones de equidad o de justicia.
Ha tildado textualmente la mesa de diálogo de mesa del chantaje y de mesa de la vergüenza y ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de «agachar la cabeza, de doblar el espinazo para seguir disfrutando del poder».
Preguntado por el 25% de castellano en la escuela, ha pedido a la Generalitat que cumpla la sentencia a pesar de mostrarse escéptico y, en referencia al Ejecutivo español, ha afirmado que «es raro que alguien que ha puesto un pleito no lo ejecute».
