Lo ideal, cuando cocinamos, es consumir los alimentos recién preparados, que es cuando más frescos y más ricos están. Pero siendo realistas, esto no siempre puede ser. Con el ritmo acelerado de hoy, lo más normal es cocinar de más y recurrir a las sobras en esos momentos de prisas. Esto está muy bien, porque el desperdicio alimentario no debería ser una opción; sin embargo, hay que saber cómo tratar los alimentos para evitar la pérdida de nutrientes y, lo que es peor, el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
RECALENTAR DESTRUYE LAS VITAMINAS B Y C
Según la recomendación de la Agencia de Normas Alimentarias británica (FSA), solamente deberíamos recalentar los alimentos una vez, ya que su calidad disminuye por cada recalentado a la vez que aumenta las posibilidades de intoxicación. Uno de los problemas principales es que se pierden vitaminas, especialmente la vitamina B y la C. La vitamina C se suele descomponer muy fácilmente con el calor, así que si vamos a recalentar algún alimento rico en este nutriente, lo mejor es hacerlo en el microondas, ya que el tiempo de exposición al calor es inferior, en relación a otras formas, como la sartén o el horno.
