Lo ideal, cuando cocinamos, es consumir los alimentos recién preparados, que es cuando más frescos y más ricos están. Pero siendo realistas, esto no siempre puede ser. Con el ritmo acelerado de hoy, lo más normal es cocinar de más y recurrir a las sobras en esos momentos de prisas. Esto está muy bien, porque el desperdicio alimentario no debería ser una opción; sin embargo, hay que saber cómo tratar los alimentos para evitar la pérdida de nutrientes y, lo que es peor, el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
2TAMBIÉN CAMBIA LA TEXTURA
La vitamina C mucho más sensible al calor que otros antioxidantes, por eso en cada golpe de calor que se le dé al alimento, se irá perdiendo más contenido, hasta quedar prácticamente en nada. Por otro lado, los alimentos también pierden sus cualidades organolépticas con cada proceso de calentado. Las diferentes formas de cocinar una comida provoca que los alimentos sufran unas modificaciones químicas y físicas que hace que cambie su aspecto, su sabor, su textura y su valor nutricional.
