Sánchez aprovecha la crisis de Unidas Podemos y tienta a Yolanda Díaz con un puesto «dominante» en el PSOE

La vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz se ha enfrentado (otra vez) a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y a la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. La invasión de Ucrania ha puesto las cartas sobre la mesa y Díaz no ha soportado más las «absurdas» iniciativas de quien ahora tiene el control de Podemos. En un principio, la titular de Trabajo dio la espalda al reclamo de Belarra y de Montero de no enviar armas a Ucrania asegurando que el primer derecho de quienes son atacados es el de defenderse. Pero ahora esta crisis ha derivado en otra cuestión: Díaz se plantea recalar en el PSOE con una posición predominante o directamente montar su plataforma al margen de Podemos. Es decir, o quedarse bajo el ala de Pedro Sánchez con la garantía de seguir en la vicepresidencia o montar un nuevo y «renovado» Más Madrid.

Son muchas las voces que aseguran que Yolanda podría acabar en las listas del PSOE. Y más después de que ha quedado claro que la ministra de Trabajo no soporta la línea ideológica de Podemos. Los debates son muchos. Pero lo que tiene claro la vicepresidenta del Gobierno es que no quiere a Ione Belarra y a Irene Montero en las listas de su plataforma. Y sin Podemos, las dudas sobre qué futuro le espera al partido de Yolanda son muchas. Por este motivo, fuentes del Gobierno insisten en que la vicepresidenta se está planteando «seriamente» sumarse a las listas del PSOE para evitar así tener que lidiar con Montero, Belarra o Alberto Garzón (como coordinador federal de Izquierda Unida) para montar un nuevo partido que tenga más de lo mismo.

La obsesión de Díaz es no entrar en polémicas absurdas, algo en lo que Montero (como titiritera de Ione Belarra) y Alberto Garzón son expertos. El feminismo radical (con el todos, todas y todes) y las polémicas de las macrogranjas o el consumo de carne traídas a destiempo no dejan de empantanar la política de Unidas Podemos. Díaz solo se centra en recoger banderas como el salario mínimo o la reforma laboral mientras sus compañeros de partido se meten en el barro cada día por cuestiones que poco rédito político trae a la formación morada. Todo esto ha llevado a la vicepresidenta del Gobierno a un divorcio total con Podemos e Izquierda Unida y a plantearse no formar su plataforma independiente.

La invasión de Ucrania ha sido la guinda del pastel, pero no la causa única por la que Díaz quiere dejar a un lado a sus compañeros de partido. La sensación en el entorno de la vicepresidenta, según fuentes consultadas, es que Podemos e Izquierda Unida han perdido el rumbo ideológico con la salida de su antiguo líder Pablo Iglesias y que ahora acostumbran a perderse en cuestiones que tienen poco sentido. Que Irene Montero saliera ante las cámaras asegurando que en una guerra las mujeres lo pasan peor que los hombres (cuando en Ucrania los hombres mayores de 18 años no pueden salir del país para ir a la guerra) no aportó demasiado e hizo que muchos en el gabinete de Díaz se llevaran las manos a la cabeza. Pero que Alberto Garzón entrara en la polémica de la carne en un momento en el que el sector pasa apuros económicos por el aumento del IPC tampoco ayudó a Díaz a convencerse de que hay que ir todos de la mano.

El resumen es sencillo. Fuentes de vicepresidencia insisten en que Díaz ve con buenos ojos presentarse a las elecciones con una plataforma independiente siempre y cuando estos cabezas de lista como Irene Montero, Ione Belarra o Alberto Garzón no vayan en puestos predominantes. Quiere aglutinar a la izquierda pero no con las mismas caras que hasta ahora han trufado Unidas Podemos. El problema, tal y como aseguran fuentes de Podemos, es que Montero y Belarra están empeñadas en ir a las elecciones en puestos predominantes. Y si dan los números, serán las primeras en exigir un ministerio. Tal y como hicieron entonces.

Si no se puede aglutinar a la izquierda bajo un nuevo partido con caras nuevas, hay quien insiste en que Díaz no montará tal formación. La plataforma de Díaz ahora es un proyecto en duda porque no quiere aceptar las exigencias de los que están al frente de los otros grandes partidos de la izquierda. El Podemos de Belarra y la Izquierda Unida de Garzón no tendrán cabida en esta plataforma. Y sin ellos, el proyecto de Yolanda sería un nuevo Más Madrid. Aunque, ahora sí, podría tener opciones de ‘sorpasso’ a un Unidas Podemos en constante descomposición. La ministra, dicen las fuentes, no lo tiene nada claro.

SÁNCHEZ Y UN NUEVO HORIZONTE

El mayor miedo de Pedro Sánchez era un partido de Yolanda Díaz fuerte y Unido que fuera capaz de robar el voto descontento. Sin embargo, que la izquierda haya vuelto a los choques constantes entre sí es una buena noticia para Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno no solo ve cómo el proyecto de Díaz se pone cuesta arriba para la ministra. Sino que también ve la posibilidad de fagocitar a la vicepresidenta y aprovecharse de su estela dándole un puesto predominante en las listas del PSOE. Desde luego, desde Ferraz aseguran con total rotundidad que si la ministra de Trabajo accede a ir en las lista del partido, el presidente le asegurará el ministerio de Trabajo y también la vicepresidencia que ahora ostenta.

Para Sánchez, comprar a Díaz sería dar el golpe de gracia a Unidas Podemos y devolver al PSOE la entidad de partido dominante en el centro izquierda. Fuentes del partido aseguran que el presidente de Gobierno ya le ha ofrecido de forma velada en más de una ocasión un puesto dominante en las listas del PSOE. El problema es que, de momento, la ministra de Trabajo y también vicepresidenta no quiere dar pasos en falso porque no sabe cuál es la mejor opción. Desde luego, el gran beneficiado de este choque de Díaz con el resto de Unidas Podemos es, sin duda, el presidente del Gobierno.