El futuro de las viejas glorias del PP o cómo ser carne de cañón de ‘realities’

Poco tiene que ocultar la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre si es capaz de vestirse de mariposa en un programa y, años después, utilizar las cámaras para decir qué tipo de bragas utiliza. Lo mismo con la otra expresidenta autonómica Cristina Cifuentes. De robar las cremas y publicarse un vídeo del guardia de seguridad sacándole los colores a sentarse de tertuliana con Risto Mejide. En Génova no dan crédito, pero parece que salir del Partido Popular son un oficio claro al que volver puede convertirte en carne de cañón de realities. El otro que apunta maneras es el también expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido, aunque este deja sus excentricidades, de momento, en su vida privada.

Aguirre, después de ser acorralada por los casos de corrupción, decidió enfundarse en un disfraz de mariposa para salir en el programa Mask Singer cantando. Este show consistía en que había que adivinar quién estaba cantando bajo la máscara. Y claro, nadie se imaginó que la artista bajo la careta de insecto era la expresidenta con la queque tantos sapos había lidiado en su etapa como dirigente política. Ahora, Aguirre ha asistido al programa de televisión Encuentros Inesperados junto a Carolina Iglesias, Luz Sánchez Mellado, la Mala Rodríguez y por supuesto, su presentadora Mamen Mendizábal. En él, la expresidenta dejó comentarios tan ilustres como el color favorito de sus bragas.

Parece que la salida «natural» de los que tocan la presidencia de la Comunidad de Madrid es ser carne de cañón de los realities. No solo ha pasado con Esperanza Aguirre, quizá el ejemplo más llamativo de lo que es el declive reputacional de un político. Cifuentes también siguió sus pasos. La expresidenta madrileña lo pasó mal. Entre el escándalo del máster, por un lado (ese que se sacó con ciertas facilidades y que acabó en los juzgados) y el otro escándalo del vídeo robando cremas, todos pensaron que Cifuentes mantendría la misma línea de acción y seguiría fuera de los focos. Pero lejos de la realidad, la expresidenta de la Comunidad de Madrid empezó a aparecer como invitada en programas de todo tipo. Y por supuesto, casi siempre en Mediaset, la cuna de Sálvame.

Hasta Ángel Garrido ha seguido los pasos de Aguirre y de Cifuentes. Este político, famoso en el Partido Popular por su intensa vida personal, también se negó a desaparecer de la vida pública y saltó a las cámaras, aunque con menos focos. Se le vio, al igual que a Cifuentes, en más de una tertulia comentando todo lo que quería. En cualquier caso, lo de Garrido poco tiene que ver con el declive reputacional de Esperanza Aguirre. De aspirar a presidenta del Gobierno a decir en la televisión cuál es el color favorito de sus bragas. «Cada programa tiene un tema, entonces vienen mujeres a hablar de ello y les pedimos una braga suya de recuerdo», explicó Carolina Iglesias. «¿Pero se las quitan en directo? Uy qué horror», contestó visiblemente extrañada la expresidenta de la Comunidad de Madrid.

Y fue después de esto cuando Aguirre puso una piedra más en el castillo de su hundimiento reputacional. «Mira yo no me complico, siempre compro bragas lisas, color negro, blanco y gris», señaló para acaparar todos los titulares. Solo el vídeo de las cremas de Cifuentes o la aparición estelar en Mask Singer de la líder madrileña disfrazada de mariposa consiguió más visualizaciones. En cualquier caso, parece que los sapos que rodeaban a Aguirre no han sido capaces de contener su ambición por los focos. Ni la de ella, ni la de Cifuentes o Garrido. Las cámaras enganchan y parece que más a los que han sido presidentes de la Comunidad de Madrid.