La hemeroteca siempre ha sido y es una pesadilla para cualquier político. Pocos aguantan esa prueba y son multitud incluso los que caen una y otra vez en la incongruencia de sus discursos y palabras pasadas con las actuales o los hechos que se derivan. Es el caso de Irene Montero, muy activa en redes sociales, como casi todos los miembros de Unidas Podemos. La última ha tenido de protagonista la subida del IPC. Los internautas se han encargado de poner las cosas en su sitio.
Vivimos momentos duros, cuando aún no nos hemos recuperado de la pandemia, a cuenta de la subida incontrolada de precios, la bajada en la actividad económica, las reivindicaciones sociales y la temida estanflación en el horizonte, mientras los bancos centrales intentan capear el temporal. Irene Montero, a pesar de no ser experta en economía, quiso en febrero de 2018, estando en la oposición, criticar duramente la subida del IPC del 1,1% a causa de otro hecho que nos suena ahora mucho: la subida de la luz. Sin embargo, ahora en el Gobierno, y con una subida diez veces superior, calla, como lo hace con los precios de la electricidad.
LOS INTERANAUTAS LO TENÍAN FÁCIL
Hay zascas y retratados muy sencillos y este lo era. Ante el tuit de Irene Montero de hace 4 años y su silencio sepulcral actual, sin que le indigne tanto lo que provoca en las clases medias y bajas, los internautas no tardaron en usar ese tuit para afearle ahora la conducta y poner sobre la mesa la doble vara de medir y la hipocresía.
DEL DEVASTADOR 1,1% DE IRENE MONTERO AL «NORMAL» 9,8% ACTUAL
Si, se ha actualizado la cifra y casi estamos ya en los dos dígitos, para sorpresa de algunos, pero desde luego no de la mayoría de economistas, muchos de los cuales lo venían avisando. Es el nivel más alto desde mayo de 1985, casi nada, hace ya 37 años. Parecía o estábamos convencidos de que nunca veríamos estos números económicos, pero tampoco pensábamos que volveríamos a tener una guerra cercana.
Hablando de la invasión rusa a Ucrania: no, esta subida no tiene como causa Rusia, al menos en su mayoría. Ya había antes de la invasión una inflación superior al 7% y se avisaba que habíamos llegado al tope. Y es que la economía no es una ciencia exacta, pero si lo es -o casi- en poder predecir las consecuencias de determinadas políticas, en este caso de una incontrolada subida de la deuda y estímulos artificiales, y una emisión monetaria sin control para paliar el socavón que produjo la pandemia. Pero todo eso tiene un precio, nunca mejor dicho, y es este, entre otros.
EL GOBIERNO NO CALLA, MINIMIZA
Si Irene Montero calla ahora respecto a la subida del IPC, al contrario de lo que hizo en 2018 con un subida 10 veces menor, el Gobierno de Sánchez han optado, además de achacarlo a la invasión de Ucrania, por quitarle hierro al asunto. Nada que ver si estuvieran en la oposición.
Mientras, intentan capear el temporal con medidas que a casi nadie convence, y que para la mayoría de expertos son parches que no solo palian el problema, sino que lo agravarán a medio-largo plazo. Veremos si al menos al corto minimizan daños son solo brindis al sol. Por ahora, sin ir más lejos, la ayuda de 20 céntimos en el carburante empieza a provocar unas subidas en el precio anticipado lo que tiene que asumir también la gasolinera.