Estas alitas de pollo al ajillo mucho más ricas que a la barbacoa

Da igual que chefs del nivel de Martín Berasategui o Dabiz Muñoz hayan subido el nivel gastronómico de España. La vanguardia está muy bien, pero en los restaurantes. En los hogares se apuesta por recetas sencillas y, sobre todo, rápidas. En esa ecuación encajan a la perfección estas alitas de pollo al ajillo. No son comunes, porque suelen usar otras partes de esta carne para esta elaboración, pero te aseguramos que el resultado es excepcional.

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Una receta de lo que no debes privarte

Las alitas de pollo fritas en abundante aceite son un problema. Absorben toda la grasa y por mucho que las escurras en papel absorbente, tienen infinidad de calorías. Como esta receta es un guiso, al fin y al cabo, si quieres reducir ese elevado contenido de grasa, lo mejor es dorarlas en poco aceite. Con los 30 minutos de cocción con el vino será suficiente para que estén tiernas y se separe el pollo del hueso sin problema. Eso sí, aunque sea en poco aceite, dorarlas antes de guisarlas siempre te garantizará que están mucho más ricas. No es un plato del que abusar, pero tampoco del que debas privarte.

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