La Audiencia Provincial de Cantabria juzga este martes a un hombre acusado de abusar sexualmente de dos niñas, amigas de su hija, cuando la visitaban en su vivienda, y para el que la Fiscalía solicita una pena de ocho años de cárcel.
Según el ministerio público, los hechos ocurrieron a principios de 2018 cuando el procesado, «prevaliéndose de las continuas visitas a su domicilio» de una amiga de su hija, que entonces tenía diez años, le realizó «continuos tocamientos en la zona genital, pechos y culo». Y en una ocasión llegó a «introducir su mano por dentro de la ropa interior de la menor y acariciarla la zona genital, tras indicarla previamente que debía guardar silencio».
A consecuencia de lo anterior, la pequeña «padeció una situación de grave estrés y sentimiento de culpa que motivó que se viera obligada a poner los hechos en conocimiento de su madre y amigas, y cesar su relación de amistad con la hija del acusado».
Meses después, entre julio de 2019 y diciembre de 2020, el encausado, «aprovechando idéntica circunstancia de estancia en su domicilio» de otra amiga de su hija, que entonces contaba con doce años, realizó en distintas ocasiones y «con idéntico ánimo libidinoso, diversos tocamientos en el pecho, nalgas y genitales, llegando a apretar fuertemente los primeros». Como consecuencia de los mismos, la menor «ha sido diagnosticada con un trastorno alimentario no especificado, depresión moderada e intentos autolíticos».
DELITOS Y PENAS
Los hechos narrados por el fiscal constituyen, a su juicio, dos delitos continuados de abusos sexuales a menor de edad merecedores cada uno de ellos de una pena de cuatro años de prisión y tres años de libertad vigilada tras la finalización de la pena privativa de libertad. Además, considera que el acusado debe indemnizar a la primera menor en 4.000 euros y a la segunda en 6.000 euros, por los daños morales causados.
Por su parte, la acusación particular, que ejerce la familia de la segunda menor, solicita por el delito continuado de abuso sexual sobre ella una condena de seis años de prisión, cinco de libertad vigilada y cinco de alejamiento y prohibición de comunicar con la chica, además de una indemnización de 9.000 euros por las secuelas y el daño moral sufrido.