El Parlamento Vasco ha aprobado este jueves, con el apoyo del 90% de sus representantes (todos, menos los de PP+Cs y Vox), las bases sobre el futuro sistema educativo de Euskadi, entre las que se incluyen medidas para reforzar y mejorar la «calidad» de la escuela pública, para combatir la segregación escolar, para conformar un sistema plurilingüe con el euskera como «eje», y para garantizar la gratuidad mediante «la erradicación de toda práctica, abierta o encubierta, de cobro de cuotas por enseñanza».
Este documento de bases –que servirá como referente para la elaboración de la nueva ley educativa de Euskadi– ha sido aprobado este jueves por el pleno de la Cámara vasca, en lo que supone el fin de su recorrido parlamentario, tras haber pasado previamente por las fases de debate en ponencia y comisión.
El texto ha sido aprobado con el apoyo del PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU, formaciones que suman 68 de los 75 escaños del Parlamento, mientras que los seis representantes de PP+Cs y la única parlamentaria del Grupo Mixto-Vox han votado en contra.
El informe establece que, «en los centros educativos del Servicio Vasco de Educación, no se permitirá la segregación sexual, y los centros se comprometerán a garantizar la libertad sexual y de género. Asimismo, se recoge un «compromiso contra la segregación», de forma que los centros deberán «comprometerse con la inclusión, la equidad y la igualdad de oportunidades».
En la misma línea, se subraya que se desarrollarán actuaciones y medidas «para contribuir a garantizar una idónea y equilibrada escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, a fin evitar la segregación del alumnado por razones socioeconómicas o de otra naturaleza».
A su vez, se apuesta por gestionar la escolarización del alumnado de incorporación tardía, siguiendo los criterios establecidos por la Viceconsejería de Educación, «de manera que no se incremente el índice de segregación del alumnado vulnerable, excluyendo a los centros que tengan un porcentaje de segregación superior a la media de su municipio o zona, y priorizando a aquellos que tengan una ratio menor de alumnado por grupo o por profesor».
Con el objetivo de lograr que estos objetivos se logren también en el ámbito de la educación privada concertada, se establece que los conciertos a través de los cuales estos centros reciben financiación pública deberán regirse por unos criterios que incluyen «un reparto equilibrado del alumnado vulnerable y, en general, a la asunción de todas aquellas medidas que fomenten la heterogeneidad e impidan la segregación».
Las bases establecen, asimismo, que «el Sistema Educativo Vasco es laico», y que «el mínimo establecido por la ley orgánica será el máximo que los centros puedan ofrecer a la asignatura de Religión». A su vez, destacan que se deberá garantizar que no habrá «adoctrinamiento» religioso.
Otro de los compromisos relevantes recogidos en el texto es el de «garantizar la gratuidad real» de la enseñanza privada concertada, «eliminando las cuotas de escolarización». Con ese fin, el acuerdo subraya que se activarán «los mecanismos de control necesarios para que la gratuidad de la enseñanza sea observada y quede erradicada toda práctica abierta o encubierta de cobro de cuotas por enseñanza».
Por otra parte, se planea la aprobación de plan estratégico para la escuela pública que promueva un conjunto de actuaciones «para la mejora de su calidad», tales como las medidas encaminadas a mejorar el valor añadido de sus centros, la consolidación de las plantillas actuales, la creación de nuevas figuras educativas, la estabilidad del profesorado, la renovación y mejora de sus infraestructuras.
Asimismo, se promoverá la ampliación del «perímetro» de la escuela pública por medio de la creación de centros públicos en nuevas zonas urbanas, la ampliación de las plazas públicas, especialmente en las zonas urbanas más densas, por los mecanismos de planificación que se estimen más eficaces para ese fin. De esa forma, se pretende «asegurar que toda familia que desee una plaza en una escuela pública pueda acceder a ella».
EUSKERA
En materia lingüística, establece que se conformará «un sistema plurilingüe con el euskera como eje central». Además, fija el objetivo de alcanzar el nivel B1 del Marco Común Europeo de Referencia para las dos lenguas oficiales al finalizar la Educación Primaria, y lograr el nivel B2 al finalizar la Educación Secundaria obligatoria. En cuanto a la lengua extranjera, se planea alcanzar los niveles A2 y B1, respectivamente.
De esa forma, indica que la futura ley «abogará por una educación plurilingüe, con el euskera como eje, mediante proyectos integrales, generando un efecto multiplicador en el aprendizaje lingüístico». En este sentido, establece que el Sistema Educativo Vasco «apuesta por hacer posible que la totalidad del alumnado, independientemente del origen familiar, al acabar la enseñanza obligatoria, tenga una competencia lingüística adecuada y suficiente en las dos lenguas oficiales de Euskadi, y tenga conocimientos, como mínimo, de una lengua extranjera».
Con ese fin, indica que «se dará un tratamiento integrado de las tres lenguas, tanto desde la planificación curricular, como extracurricular, teniendo en cuenta su función y su situación sociolingüística». Esas lenguas –euskera, castellano y una lengua extranjera– «vehicularán aprendizajes para incrementar así su efectividad».
En el transcurso del debate, los parlamentarios han reiterado los mensajes e ideas que ya plantearon en las fases de ponencia y comisión por las que pasó el texto. La parlamentaria del PNV Leixuri Arrizabalaga se ha felicitado por la aprobación de este documento con el respaldo de cerca del 91% del Parlamento, y ha destacado que estas bases contribuirán a la «igualdad de oportunidades» y a propiciar una educación «de calidad» y que no deje «a nadie atrás».
El parlamentario de EH Bildu Ikoitz Arrese se ha felicitado por el hecho de que, con los requisitos establecidos para que los centros privados reciban financiación pública, «se acaba con la concertación universal». También ha destacado el firme compromiso con la escuela pública como «eje» del sistema, y ha considerado que este es «un día histórico», al que se ha llegado renunciando a los «maximalismos».
Por parte del PSE-EE, Eneko Andueza ha mostrado su satisfacción por el acuerdo, del que ha destacado que supone un avance hacia una educación que acogerá la pluralidad «con absoluta normalidad». Además, ha subrayado las medidas contempladas para acabar con «los inaceptables índices de segregación escolar».
La portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, ha reconocido que el acuerdo «no es perfecto», aunque se ha felicitado por los avances que incluye para la transformación del marco normativo con el fin de lograr un «mejor» sistema de enseñanza, que tendrá a la red pública como «eje» y que combatirá la segregación.
Desde el grupo PP+Cs, José Manuel Gil ha afirmado que, pese a tratarse de un texto avalado por más del 90% del Parlamento, estas bases suponen una «imposición». Además, ha criticado que se pretenda poner la educación «al servicio de la construcción nacional» y de la «imposición del euskera».
La parlamentaria del Grupo Mixto-Vox, Amaia Martínez, ha afirmado que el acuerdo es fruto de «un deleznable mercadeo» entre «la ultraizquierda y los comunistas» y las formaciones que apoyan al Gobierno Vasco.