Ducharse, por la mañana o por la noche, según las preferencias de cada persona, es un hábito que tenemos integrado en nuestro día a día. Pero, ¿sabes si te duchas correctamente?
Ya tenemos claro que hay que ducharse, mejor que bañarse, para ahorrar agua, y una ducha rápida de un par de minutos es más que suficiente. Además, hay que cerrar el grifo mientras nos enjabonamos. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, la mayoría comentemos otros errores durante este momento de aseo personal, que deberíamos subsanar. A continuación te lo detallamos todo.
1UTILIZAR AGUA DEMASIADO CALIENTE EN LA DUCHA
Esas duchas de agua bien caliente que dejan el baño lleno de vapor, son reparadoras y nos encantan especialmente en los días fríos. Pero la realidad es que a nivel físico no son nada recomendables. Las temperaturas demasiado altas (una ducha caliente puede alcanzar los 40 grados), pueden dañar la piel y hacer que se reseque e incluso se formen molestos eczemas. Esto sucede porque el agua caliente elimina gran parte de la película de grasa natural de la piel. Lo mejor es que la temperatura no supere los 35 años. Un buen indicador es el vapor de agua que se produce durante la ducha: si esto ocurre, es que estamos usando agua demasiado caliente. Si eres capaz, finaliza con una breve rociada de agua fresca, para estimular la circulación.