En la cuna de la Guardia Real española

La llegada del Rey a actos oficiales, como el desfile de las Fuerzas Armadas, se caracteriza por la vistosa escolta de la Guardia Real, un Cuerpo que hunde sus raíces hace más de 1.000 años en una  localidad burgalesa de apenas 1.700 habitantes, la de Espinosa de los Monteros.

Aunque la Guardia Real se muestra al público en unas pocas ocasiones, lo que no se ve es su discreto y eficaz trabajo, entre el que destaca el de protección de la familia Real que realiza 24 horas las 7 jornadas de la semana, desde la misma proclamación de S. A. R. el Príncipe de España don Juan Carlos de Borbón y Borbón como rey de España el día 22 de noviembre de 1975, y que actualmente continúa con Felipe VI.

Publicidad

Oficialmente, por una Orden de 31 de diciembre de 1975 del entonces Ministerio del Ejército se fundaba el “Regimiento de la Guardia Real” sobre la base del antiguo Regimiento de la Guardia de S.E. el Generalísimo (general Francisco Franco), cuyo personal fue integrado, en lo posible, en la unidad de nueva creación.

Así aunque de relativamente nueva creación, la Guardia Real tiene presente su tradición histórica por el hecho de que actualmente una de las tres compañías de su Grupo de Honores,  la del Ejército de Tierra, lleva el título de “Espinosa de los Monteros”.  Durante más de 900 años, los  habitantes de dicha localidad,  sita al norte de la actual Castilla-León, fueron los únicos que podían proteger a los soberanos, primero de Castilla y luego de España.

Desde el 9 de junio de 2006 se puede recordar esa historia,  y tener una referencia de la actual Guardia Real, en el museo de Espinosa de los Monteros, inaugurado por el entonces Jefe de la Casa Militar de S.M. el Rey, el almirante Juan González-Aller Suevos.

2 IMG 6150 Moncloa
Fachada del museo de Espinosa de los Monteros que recuerda a la unidad antecesora del actual Guardia Real. (Foto Julio M. Gutiérrez)

Nos tenemos que retrotraer  a los albores del año 1000, cuando una serie de reinos y de poderosos señores feudales se repartían el poder. La España cristiana se encontraba en un estado lamentable, Almanzor había saqueado, asesinado y esclavizado duramente en campañas veraniegas a nuestros ancestros, e incluso se especula que creían encontrarse cerca del apocalipsis ya que se decía que Cristo volvería un milenio después de su nacimiento.

En estos momentos el Conde de Castilla Sancho García, conocido por la historia como “el de los Buenos Fueros”, era uno de los más poderosos; pocos años después conquistaría y saquearía Córdoba. La leyenda cuenta que en el 1006 la madre del conde, Ava de Ribagorza, a la que varios romances atribuyen ser cómplice en la muerte de su marido, tramó junto con su amante musulmán envenenar a su hijo y facilitar un ataque de los moros.

Pero se enteró una de sus sirvientas, la cual se lo contó a su marido Sancho Peláez, escudero del conde y natural de Espinosa. Éste decidió contárselo a su señor y, cuando Ava le ofreció a Sancho la bebida con el veneno, él la exigió tomarlo y ella murió. Aquella misma noche se detuvo el ataque musulmán, que había sido programado pensando que los castellanos no tendrían a su conde.

Publicidad

El conde fue generoso, algo muy habitual en su caso, y concedió a los vecinos de Espinosa la exclusividad del oficio de protegerle a él y a los siguientes condes castellanos mientras que dormían. Este oficio parecía más que necesario en este siglo XI; el hijo del propio conde fue asesinado durante el día de su boda (fuera del horario de protección de los Monteros), y también tuvieron muertes violentas los reyes de León, Navarra, Aragón y Castilla (que finalmente empezó a ser reino) y el conde de Barcelona.

La primera referencia al Cuerpo de los “Monteros de Espinosa” es de 200 años después, con Alfonso VIII. Y ya sean sus citados orígenes leyenda o verdad, una cosa era cierta, la villa que pasó a conocerse como Espinosa de los Monteros, el tipo de tropa que protegía al rey, fue próspera por este oficio al que solo podían acceder ellos, si eran hidalgos.

Propiamente, al principio no eran una Guardia Real, ya que solo guardaban el sueño del monarca, tarea que cumplieron a la perfección. Su turno se dividía en tres guardias y sabemos que los reyes requerían más o menos de estos guardaespaldas, Fernando el Católico tras su intento de asesinato tuvo 52 mientras que Fernando VII solo 12. A partir del siglo XV se crean otros cuerpos de guardia, pero la noche siempre  fue territorio de los “Monteros de Espinosa” hasta que en 1931, tras la forzada abdicación de Alfonso XIII y la caída de la monarquía, la II República abolió el cuerpo.

3 copia Moncloa
Alto relieve que muestra (a la derecha) el episodio histórico que dio lugar a los «Monteros de Espinosa» (Foto Julio M. Gutiérrez)

Tras la muerte de referido general Franco y la coronación de Juan Carlos I se refundó la Guardia Real, aunque ya sin el medieval privilegio tradicional en favor de los varones de esta villa burgalesa. Sin embargo el reconocimiento de su  historia llevó a la Guardia Real en 2006 a conmemorar en Espinosa de los Monteros el milenario de su fundación.

Publicidad
Publicidad