Canelones de calabacín, atún y queso: una receta para llorar del gusto

Ya es época de platos calientes y contundentes, perfectos para tener energía para el día de estudios o trabajo que nos espera, y para que los niños también se alimenten bien. Abundan de nuevo, tras el verano, los platos de cuchara, las recetas calientes, las sopas y los guisos. Hoy nos detenemos en un clásico italiano, de esas que abundan tanto aquí y que hemos adquirido del país transalpino, como los canelones, pero no calientes en este caso sino muy ligeros. Con un tipo muy especial, aunando lo más sano, delicioso y nutritivo. Veamos cómo hacer esta receta que triunfará en el día a día familiar, pero también como propuesta de fin de semana con amigos.

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FINAL DE LA RECETA

Una vez hecho lo anterior es el momento de coger un bol para echar el atún escurrido en él. Seguidamente, pica los huevos y añádelos al bol, dejando dos o tres yemas de huevo aparte para utilizarlas para adornar. A continuación hay que picar la cebolla en trozos muy pequeños y agregarla al recipiente. Posteriormente, se añade el tomate frito poco a poco, removiendo y finalizando añadiéndolo al gusto.

Ahora tendremos que, con ayuda de una cuchara, poner porciones de relleno en cada placa de canelones fríos. Ya es el momento de enrollarlos y colocarlos en una bandeja para servir, cubriéndolos con una capa de mayonesa y espolvoreando las yemas reservadas por encima, más unas aceitunas.

 

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