El Gobierno de izquierdas del presidente colombiano Gustavo Petro estaría a punto de cerrar la compra del caza francés Rafale, tras dejar atrás la opción de dotarse con el Eurofighter, ofrecido de la mano de España, a pesar del gran apoyo prestado por el Gobierno español, para que éste llegase al poder el pasado verano.
La presidencia de Colombia, que no su Ministerio de Defensa, con lo que implica de decisión política, anunciaba el pasado 22 de diciembre que había elegido el avión de combate Dassault Aviation Rafale para sustituir a los viejos cazabombarderos IAI Kfir, que equipan su Fuerza Aérea desde finales de los años ochenta. También desde el país latinoamericano llega la noticia de que se podría firmar esta misma semana un contrato inicial por valor de unos 680 millones de dólares que cubriría la compra de tres o cuatro Rafale iniciales.
Colombia tiene previsto encargar un total de 16 aviones: 12 monoplaza y cuatro biplaza, con un coste aproximado de unos 3.200 millones de dólares, para lo cual bancos franceses les facilitarían un préstamo de 20 años de plazo con un periodo de carencia inicial de cinco años, según informaron varios medios colombianos. Las primeras entregas están previstas para 2025, lo que implica que al menos una parte del pedido consistirá en aviones de segunda mano procedentes de la Fuerzas Aérea y de Espacio o Armée de l´Air et de l´Espace (AAE) francés, una opción que ya ha articulado el Gobierno de Paris en las ventas realizadas a Grecia y la acordada con Croacia.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, la Presidencia de Colombia manifestó que “la propuesta del avión Rafale es la mejor opción para el país en términos de precio, eficiencia y operatividad”, y agregó que “una hora de vuelo de un avión Rafale es aprox. 30% más barata que la de un Kfir (estimado en 89 millones de pesos)”, es decir, aproximadamente 16.900 dólares.
El acuerdo, como es habitual en estas operaciones, también cubrirá la integración de los sistemas y armamento que elija el cliente, simuladores para el entrenamiento de las tripulaciones (piloto y operadores de armas/navegantes), capacitación del personal técnico y asistencia, en este caso por parte del AAE, en todo el proceso de implantación del moderno sistema de combate aéreo en la Fuerza Aérea de Colombia.
La programada firma, la realizará el mencionado, Gustavo Petro, y un alto ejecutivo de la compañía estatal francesa, acompañados por personal diplomático de la embajada de Francia.
Colombia ha estado estudiando durante años la sustitución de su flota de Israel Aircraft Industries IAI Kfir, para lo que a principios de este año había preseleccionado tres aviones, además del Rafale: el norteamericano Lockheed Martin F-16V Bloque 70 Viper, que fue inicialmente el favorito de la Fuerza Aérea de Colombia; el sueco Saab Gripen; y el citado Eurofighter, que ofreció Airbus Defence & Space en conjunto con España.
El comité de selección de Colombia consideró que el Eurofighter es un avión muy capaz, incluso mejor que el Rafale en varios puntos, pero muy caro y complejo de mantener. Desde fuentes colombianas también se apunta a que se solicitó dotarse de aviones del Tranche 3, pero sólo le ofrecieron los Tranche 1 y 2 para entrega inmediata, que a la postre es lo que se contratará con Paris.
Mientras Colombia se enfrentaba a la negativa estadounidense a adaptar el F-16V a los estándares requeridos, los altos costes del Eurofighter y las limitaciones del Gripen comprobadas en el vecino Brasil, el equipo de marketing francés decidió a mediados de 2022 mejorar su oferta, y eliminó las restricciones para el usuario final, que marcaban los otros competidores, tras el permiso del Eliseo. Además, Francia aceptó no sólo proporcionar misiles MBDA Meteor, sino también integrar los también aire-aire Derby y Python 5, y las bombas Spice, de fabricación israelí, que actualmente utilizan sus Kfir
Francia también prometió que podría entregar el primer avión un año después de la firma del contrato, el plazo de entrega más corto de todos los competidores, siempre según las fuentes colombianas, ya que en la oferta española también contemplaba, entregando algunos de los Eurofighter Trancha 1, que utiliza el Ejército del Aire y del Espacio español. Este requisito de plazo es imprescindible porque los Kfir serán retirados a finales de 2023, cuando cumplirán 42 años (se compraron de segunda mano) y tengan acumulado 30 años al servicio de la Fuerza Aérea Colombiana.
Además el Rafale incorporará una alta capacidad de guerra electrónica, que se personalizará al requerimiento, en parte gracias a que la Fuerza Aérea de Colombia tendrá acceso a los códigos fuente del software necesarios para modificarlo por su cuenta.
Otra ventaja es que, como fue diseñado para operar también desde portaaviones (existe una variante específica para éstos, el Rafale-M), puede operar desde pistas cortas, una capacidad que sus competidores no pueden igualar. Esto les permite operar en los aeródromos de Tres Esquinas, Grupo Aéreo del Oriente y San Andrés.
